OLEÁCEAS

F. Feo Brito*, C. Martínez**, E. Gómez*, P.A. Galindo*, J. Borja*, P. Mur***
*Sección de Alergia. Complejo Hospitalario de Ciudad Real.
** Unidad de Investigación. Complejo Hospitalario de Ciudad Real.
*** Unidad de Alergia. Hospital Sta. Bárbara. Puertollano.

INTRODUCCIÓN

El olivo comenzó a cultivarse hace unos 5000 años en el Mediterráneo Oriental, propagándose rápidamente a lo largo de toda la costa, de Este a Oeste, a través de Grecia, Sur de Italia/Norte de Túnez y Marsella, alcanzando, finalmente, la Península Ibérica, y convirtiéndose en el cultivo oleaginoso por excelencia de las civilizaciones mediterráneas. El descubrimiento de América llevó este cultivo a Perú, Chile y Colombia, desde dónde se extiende e Estados Unidos, proliferando con éxito en Florida y California.
El olivo es un árbol rústico, muy resistente a los calores y la sequía, características adecuadas a todo el Sur Peninsular, lo cuál, unido al alto aprovechamiento del terreno y bajo coste de su explotación, le convierten en el cultivo por excelencia de amplias zonas de Andalucía, Castilla La Mancha o Extremadura, con su máxima expresión en la provincia de Jaén, cuya extensión de olivares equivalen al conjunto de toda Grecia 1,2,3.
Además del olivo (Olea europaea), pertenecen es esta familia otros géneros, denominados Fraxinus (fresno). Ligustrum (aligustre). El fresno alcanza niveles muy bajos durante los meses de invierno e inicio de primavera (medias semanales máximas de 8-12 granos/m3 de aire), por lo que su interés alergénico es escaso 4, al igual que Ligustrum, que por su utilización ornamental puede afectar a profesionales de jardinería, o polínicos sensibilizados, cuando no se realiza el recorte del aligustre y se le deja florecer (su polinización es en el mes de Julio, después del olivo). Este hecho lo hemos podido comprobar en nuestra zona, cuando pacientes alérgicos al olivo prolongaban los síntomas durante el verano, relacionando sus crisis con laestancia en determinadas zonas de aligustre. Una vez realizada la correspondiente poda, su evolución volvió a limitarse a la polinización del olivo. 
Existe una importante reactividad cruzada entre los distintos géneros de las Oleaceae, siendo con mucho el más abundante y alergénico la Olea europaeae, cuyas amplias extensiones de cultivo le convierten en una destacada causa de polinosis 5,6,7.Así, en Bari el 54 % de la superficie cultivada se corresponde a olivares, alcanzando días pico de 4000 granos/m3 de aire, y afectando al 40 % de los pacientes polínicos. El olivo, al igual que sucede con otros pólenes, muestra una gran variabilidad interanual: Sin embargo, en este caso, parece producirse una cierta alternancia en la polinización/producción. Se refiere a la competencia por las sustancias nutritivas de la planta entre las frutas de una temporada y las flores de la temporada siguiente, y que tendría como consecuencia una alternancia en la producción: Un rendimiento alto de flores y frutas se alterna con otro bajo en pólenes y producción 8. En Toledo y Ciudad Real apreciamos una alternancia similar a la mostrada por Machia en Bari, no obstante, la lluvia estacional o la inestabilidad atmosférica (vientos/calmas) son también factores muy determinantes en las cantidades de polen recolectado9
En nuestro país la polinización de olivo se prolonga durante los meses de Abril a Julio, con niveles máximos entre la segunda quincena de Mayo y primera de Junio, favorecidos por el incremento de las temperaturas al final de la Primavera 10. El estudio aerobiólogico de 27 ciudades, que incluyen las quince Comunidades Autónomas Peninsulares, durante los seis últimos años (1994-99) nos aporta la información necesaria sobre la presencia atmosférica del polen de olivo en cada una de las ciudades. Como era de esperar, hay diferencias muy claras, destacando el Sur Peninsular con medias de "día pico" muy elevadas: Jaén (4208 granos/m3), Toledo (1113), Málaga (793), Sevilla (650), Ciudad Real (562), Albacete (421), Alcázar de San Juan (408): Valores moderados en Badajoz (347), Elche (338) y Madrid (313); una incidencia más discreta en Valencia (164), Murcia (162), Salamanca (158), Barcelona (153), Zaragoza (129); y, valores muy bajos en el resto: Avila (72), San Sebastián (74), Bilbao (53), Vitoria (53), Logroño (43), Burgos (42), Pamplona (36), Valladolid (22), Pontevedra (21), Oviedo (17), Santander (9) y A Coruña (7) (Figura 1).
Una vez conocidos los niveles o concentración de polen alcanzada en las distintas estaciones, para valorar su interés alergénico, debemos conocer la incidencia de sensibilización a polen de olivo en los pacientes con alergia estacional. Con este objetivo se diseñó un estudio multicéntrico de polinosis, con la participación de doce ciudades, y cuyos resultados demostraron la alta prevalencia (superior al 80 %) de sensibilización a olivo en las provincias olivareras (Sevilla, Málaga, Ciudad Real, Toledo), llegando a alcanzar el 97 % de los pacientes en Jaén; valores igualmente altos en Logroño (62 %), Madrid (61 %) y Zaragoza (61%), los más bajos en A Coruña (25 %) Bilbao (4%) (Tabla I). En general, una elevada prevalencia de sensibilización a polen de olivo, incluso en ciudades como Logroño, con niveles bajos de polen de olivo, o incidencia notable en A Coruña, pese a sus anecdóticas concentraciones de olivo11,12.

El diagnóstico de alergia a pólenes debe realizarse siempre en base a un calendario de síntomas, que demuestre un estrecha relación entre las concentraciones de pólenes y los síntomas del paciente. Con esta finalidad se realizó, por el Comité de Aerobiología, un proyecto para determinar los umbrales de reactivación en pacientes polínicos. Durante un año (Octubre-97-Octubre-98) se incluyen en Ciudad Real a 81 pacientes con clínica estacional durante los meses de Primavera-Verano, con la siguiente distribución según sensibilización: 50.7 % gramíneas + olivo, 30.1 % gramíneas y 19.2 % monosensibles a olivo (el 25 % están sensibilizados a Quenopodiáceas, ninguno monosensible). Utilizando regresión lineal para estudio de correlación entre síntomas y calendario de pólenes (Figura 2), se obtienen los siguientes resultados: 
- Siendo la primera variable polen de olivo de forma independiente, se obtiene una R2 = 0.32.
- Realizando el mismo estudio univariante con respecto a pólenes de gramíneas, el valor R2 = 0.41 (igualmente significativo p<0.05).
- El análisis bivariante (olivo y gramíneas) sube el valor de R2 = 0.58.
- El estudio de interacción entre ambos pólenes también es significativo con un valor R2 = 0.61.
- Estableciendo la capacidad predictiva del modelo durante los meses de Mayo y Junio, se obtienen los siguientes resultados:
- Durante el mes de Mayo obtenemos un valor de R2 = 0.55 (inferior a la interacción de ambos pólenes).
- En el mes de Junio se obtiene una R2 = 0.81, indicando una relación muy estrecha entre niveles de pólenes y síntomas de los pacientes.
- La mayoría del los pacientes monosensibles a olivo se reactivan con medias semanales de 153 granos/m3 de aire al inicio de la estación polínica, bajando hasta 34 granos/m3 en su finalización (segunda quincena de Junio) (Figura 3).
Estos datos nos indican que en Ciudad Real el polen de olivo tiene una destacada participación en la polinosis epidémica, presentando una correlación estadísticamente significativa con los síntomas de los pacientes. Esta relación se ve interferida por la polinización de las gramíneas, que alcanzan sus niveles máximos en la misma época (50 % pacientes alérgicos a ambos pólenes). Asimismo, esta correlación entre pólenes/síntomas es mucho más alta en la segunda parte de la estación polínica (Junio), que en su inicio (Mayo) bajando el umbral de reactivación de 153 granos/m3 en Mayo, hasta 34 granos/m3 en Junio. La baja correlación en el mes de Mayo probablemente se debe a la variabilidad individual en el umbral de reactivación; pero una vez se ha inducido la respuesta alérgica, el umbral se reduce por el efecto "priming" 13, y los síntomas tienen una relación más estrecha con los niveles de pólenes (olivo, gramíneas) durante el mes de Junio. Una evolución similar se ha observado en la península Escandinava con los pacientes alérgicos a Betula (el umbral de reactivación baja de 80 a 30 granos/m3, entre el inicio/finalización de la estación) . 
Sin embargo, el umbral de reactivación resulta ser mucho más elevado cuando los pacientes se exponen a cantidades extremadamente elevadas de polen, como ha descrito Florido en la ciudad de Jaén, dónde se precisan 400 granos/m3 para reactivar a la mayoría de los pacientes 14. Aunque este aspecto podría estar también relacionado con peculiaridades botánicas o por una mayor tolerancia, genéticamente determinada, como ha descrito Geller-Bernstein, en Israel 15
Se precisan más estudios de concentración de pólenes/síntomas, para determinar la implicación clínica de los diferentes pólenes alergénicos en cada ciudad, pero estos datos sugieren que el polen de olivo puede inducir sensibilizaciones subclinicas en muchos pacientes, según su lugar de residencia. Además, y como se comentará en el apartado de alergenos, el perfil antigénico de los distintos olivares puede ser muy variable, por lo que niveles más bajos de polen pueden reactivar a los pacientes en zonas antigénicamente más reactivas.
Igualmente, se ha descrito que la alergia a Olea europaea es más frecuente entre las mujeres (70 % en nuestra serie), predominando el asma sobre la rinitis y, el aspecto más interesante, la persistencia de clínica perenne entre los pacientes alérgicos a polen de olivo16. Los altos niveles de polen en las comarcas olivareras podrían prolongar la exposición de los pacientes fuera de la estación polínica, a través de fracciones de polen vehiculadas por otras partículas, que les reactivaría como sucede en el mes de Enero durante las tareas de recolección. Pero este fenómeno se presenta también en zonas con baja concentración de polen, lo cuál sugiere que los antígenos de olivo no están implicados en este proceso y parece relacionarse más con la respuesta de los enfermos a otros desencadenantes del asma bronquial (contaminantes ambientales, cambios meteorológicos, infecciones víricas, etc.), que serían los responsables de la clínica persistente en el resto de las estaciones. No obstante, el perfil clínico de los pacientes monosensibles, y su vinculación a síntomas perennes, requiere estudios en diferentes áreas que nos permitan alcanzar una explicación a este fenómeno, exclusivo del polen de olivo.

Bibliografia

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16. Liccardi G, Kordash TR, Russo M, Noschese P, Califano C, D4Amato M. Why are nasal and bronchial symptoms mostly perennial in patients nonosensitization to Olea europaea pollen allergens?. J Invest Allergol Clin Immunol, 1996; 6 (6):371-7.