PRIMERA PONENCIA:
Revisión de conceptos en alergia a
beta-lactámicos
MODERADOR:
Dra. María Luisa Sanz Larruga.
Cínica Universitaria de Navarra. Pamplona.
Utilidad de la re-exposición en el diagnóstico de hipersensibilidad a beta-lactámicos.
INTRODUCCION:
Los antibióticos betalactámicos (BTLS), nombre bajo el que se agrupan la penicilina y
todos sus derivados, son los agentes antimicrobianos de uso más extendido debido a su
eficacia terapéutica y a su escasa toxicidad. Sin embargo, constituyen la causa más
frecuente de reacción adversa medicamentosa mediada por un mecanismo inmunológico. El
término betalactámicos hace referencia a penicilinas (naturales y semisintéticas),
cefalosporinas, carbapenems, clavams, oxacepemos y monobactams teniendo todos ellos en
común la estructura denominada "anillo betalactámico". Durante muchos años la
anamnesis fue la única estrategia diagnóstica utilizada en el diagnóstico de alergia a
la penicilina. La historia clínica es una técnica muy útil para detectar qué pacientes
pueden ser alérgicos a penicilina, pero su diagnóstico debe ser confirmado por una
técnica más específica: estudios "in vivo" e "in vitro" En la
práctica habitual, cuando se nos remite un paciente con sospecha de reacción a un
betalactámico evaluamos su situación frente a estos fármacos mediante distintas
pruebas. La máxima rentabilidad diagnóstica la ofrecen las pruebas cutáneas. La
existencia de unas pruebas positivas implica la existencia de sensibilización. La
negatividad de las pruebas cutáneas a BTLS, a pesar del elevado valor predictivo negativo
de las mismas, no excluye siempre la existencia de hipersensibilidad a los mismos. El
estudio diagnóstico ha de proseguir. Se administran progresivamente dosis crecientes de
un BTLS a intervalos horarios. A este procedimiento se le denomina PROVOCACION CONTROLADA
(PC). Si el paciente tolera con normalidad la administración del preparado/os
betalactámicos se realiza de nuevo otra valoración del paciente pasados entre 2 y 4
semanas. Se repiten las pruebas cutáneas y se realiza una nueva administración de los
derivados betalactámicos. La primera aproximación diagnóstica la llamaremos evaluación
inicial y a la segunda re-evaluación que integraría la repetición de las pruebas
cutáneas y la re-provocación con betalactámicos. Evaluación o FASE I y RE-evaluación
o FASE II.
OBJETIVOS:
Este trabajo va encaminado a analizar fundamentalmente dos puntos dentro del estudio de
hipersensibilidad a BTLS: 1. ¿Es necesario, desde el punto de vista diagnóstico, la
realización de un nuevo estudio completo RE-EVALUACION entre 2 y 4 semanas tras una
valoración inicial negativa? 2. ¿Es importante la realización de la re-evaluación
diagnóstica COMPLETA, es decir, repetir no sólo las pruebas cutáneas sino también
realizar la re-provocación controlada?
HIPOTESIS:
Apuntar la importancia de la re-evaluación o FASE II (repetición de pruebas cutáneas y
repetición de provocación controlada). La realización de la re-evaluación diagnóstica
entre una y cuatro semanas después de la evaluación inicial puede poner en evidencia una
sensibilización a betalactámicos existente no detectada en la primera fase. El número
de sujetos que quedarían sin diagnosticar sería clínicamente relevante.
MATERIAL Y METODOS:
Dos trabajos de revisión de pacientes diagnosticados de hipersensibilidad a BTLS
sustentan esta hipótesis:
1. "Impotrancia de la reevaluación en el diagnóstico de hipersensibilidad a
betalactámicos" trabajo realizado en 1994 en un grupo de 75 pacientes
diagnósticados de hipersensibilidad a betalactámicos en el Hospital Ramón y Cajal de
Madrid entre los años 1989-1993. Rev Esp Alergol Inmunol Clin diciembre 1995.
2. Revisión de los sujetos diagnosticados de hipersensibilidad a BTLS en una de las dos
consultas externas de Alergología del Hospital del Bierzo en los últimos 4 años.
1. "IMPORTANCIA DE LA REEVALUACIÓN EN EL DIAGNÓSTICO DE HIPERSENSIBILIDAD A
BETALACTÁMICOS" Este trabajo lo llevamos a cabo en el año 1994. Se publicó en la
Revista Española de Alergología e Inmunología Clínica en diciembre 1995. La lectura
crítica del mismo, algunos años después, me ha permitido ahondar más en los hallazgos,
inicialmente tan alentadores, y situarlos en un lugar más apropiado. Se realizó un
estudio retrospectivo en 88 pacientes diagnosticados de hipersensibilidad a
betalactámicos en el hospital Ramón y Cajal de Madrid entre los años 1991-94. Sólo fue
posible recoger datos de 75. Se realizaron pruebas cutáneas con PPL, MDM, penicilina G,
amoxicilina y ampicilina tanto en prick como en intradermorreacción a las mismas
concentraciones. Sólo se realizaba intradermorreacción si el prick era negativo para
todos los antígenos. Si ambos eran negativos se realizaba provocación controlada.
Primero con bencilpenicilina (Penicilina G) intramuscular (1.000.000) seguido del derivado
sospechoso por historia clínica, habitualmente amoxicilina o ampicilina, hasta alcanzar
dosis terapéuticas (500mg). Si era tolerado sin incidencias, pasados 15 días, se
repetían de nuevo pruebas cutáneas y si eran negativas de nuevo se realiza
reprovocación con los mismos fármacos que en la provocación aunque habitualmente en
pauta algo más rápida. De los 75 pacientes en 62 (82,7%) el diagnóstico se realizó en
evaluación inicial o FASE I. En los 13 sujetos restantes el diagnóstico se realizó en
la re-evaluación diagnóstica o FASE II. De no haberse realizado la re-evaluación
diagnóstica el 17,3% de los sujetos se habría quedado sin diagnosticar. Se revisaron
aquellos puntos que pudieran haber influido en que el resultado positivo se hubiera
producido en la fase I o en la fase II. Analizamos: fármaco implicado, reacción
presentada y tiempo transcurrido desde que tuvo lugar la reacción hasta que se realizaba
el diagnóstico. No se encontraron diferencias significativas entre el tipo de reacción
presentada por los sujetos y la fase en la que se había realizado el diagnóstico. En
cuanto al fármaco implicado en las reacciones sí encontramos diferencias significativas
(Tabla 1).
FASE I |
FASE II |
Nivel de significación |
|
Penicilina G o V |
30,6 |
61,5 |
P<0,05 |
Otros Betalactámicos |
61,3 |
30,7 |
P<0,05 |
Desconocido |
8 |
7,7 |
n.s. |
Se encontró asociación entre haber presentado una reacción con una
penicilina natural y ser diagnosticado en la fase II y a la inversa se halló asociación
entre haber presentado una reacción con un derivado penicilinico y el ser diagnosticado
en la fase I. Sin embargo, este hecho se atribuyó a ser sólo un reflejo de los hábitos
de tratamiento cambiantes a lo largo del tiempo. Las aminopenicilinas y otros derivados
han ido sustituyendo a la bencil y a la fenoxi penicilinas en el tratamiento de la
mayoría de los procesos tanto a nivel ambulatorio como hospitalario. Así, en aquellos
pacientes cuya reacción había sucedido más recientemente, antes de año y medio, los
derivados de la penicilina (aminopenicilinas, cefalosporinas) representaban el 81,3% de
los casos frente a sólo el 37,2% de derivados de la penicilina encontrados entre los
pacientes cuya historia había tenido lugar más allá de 18 meses.
El dato más interesante de este trabajo fue encontrar una asociación estadísticamente
significativa entre el tiempo transcurrido desde que había tenido lugar la reacción
hasta que se realizaba el estudio y la fase (evaluación o re-evaluación) en la que se
producía el diagnóstico (Tabla 2).
Fase I |
Fase II |
Nivel de significación |
|
<18meses |
31 |
1 |
P<0,05 |
>18meses |
31 |
12 |
P<0,05 |
62 |
13 |
Encontramos: si el tiempo transcurrido era menor de 18 meses (punto de
corte establecido arbitrariamente) sólo en el 3,33% (IC: 0-8%) de los pacientes era
necesaria la re-evaluación para alcanzar el diagnóstico, mientras que el 27,9%
(IC:14,4-41,4%) de los sujetos cuya reacción había tenido lugar más de año y medio
atrás requirieron la re-evaluación para establecer el diagnóstico.
Cuanto mayor es el tiempo transcurrido desde que tuvo lugar la reacción hasta que se
realiza el estudio, mayor es el número de sujetos que requieren la Fase II para alcanzar
el diagnóstico (Chi-cuadrado p menor de 0,05, Odds ratio=21,33).
En otras patologías alérgicas, venenos, alergia alimentaria, se ha puesto de manifiesto
la pérdida progresiva de la sensibilidad al antígeno en ausencia de contacto con el
mismo. Igualmente para Betalactámicos numerosos trabajos han puesto de manifiesto el
declinar con el paso del tiempo de los valores de la IgE específica, ya sea valorada
"in vivo" mediante tests cutáneos o "in vitro". Sin embargo no se ha
establecido ningún patrón de descenso válido para los betalactámicos.
Antes de apuntar las conclusiones analizaremos los posibles sesgos de este trabajo:
La proporción de sujetos diagnosticados en la re-evaluación puede estar sobreestimada
por dos circunstancias:
* Existe un sesgo de muestra: sólo se han recogido datos de 75 de los 88. Si tomásemos
los datos totales, 13 de los 88 pacientes; el porcentaje de sujetos diagnosticados en la
re-evaluación estaría en un 14,7% dato más concordante con lo encontrado por otros
autores.
* Existe también un sesgo de diseño. El estudio se realizó en una época de cambio en
los protocolos de estudio de betalactámicos. En una parte de los sujetos no se realizaron
ni pruebas cutáneas. En algunos pacientes fuera cual fuera el fármaco implicado en la
reacción sólo se realizaba provocación controlada con bencilpenicilina. Este hecho
pudiera haber incrementado el número de sujetos que:
1) Resultaran positivos en la provocación al no evidenciarse en las pruebas cutáneas.
2) Igualmente puede haber contribuido a desplazar hacia la derecha, hacia la
re-evaluación el momento del diagnóstico. El protocolo que llamaremos antiguo es sólo
útil para pacientes con historia referida con una penicilina y para aquellos casos de
historia referida con un derivado pero que no presenten sensibilización específica al
derivado. La extensión de este protocolo a los pacientes con hipersensibilidad
específica podría subestimar o podría retrasar a otra fase el diagnóstico.
Aún teniendo en cuenta estas matizaciones, la primera importante conclusión de este
trabajo es:
1. La proporción de sujetos que se diagnostican en la re-evaluación alcanza cifras
cercanas al 15%. En una patología en donde los falsos negativos tienen una gran
trascendencia por el riesgo que pueden suponer para el paciente, estas cifras no pueden
ser desestimadas. No podemos permitirnos un error diagnóstico (etiquetar de tolerante a
un sujeto con alergia a BTLS) que puede implicar un riesgo vital en más de un 10% de los
pacientes.
2. La segunda importante conclusión es la relación encontrada entre EL TIEMPO
TRANSCURRIDO desde que tiene lugar la reacción hasta que se realiza el estudio y la fase
en la que se realiza el diagnóstico. A mayor tiempo transcurrido mayor es la probabilidad
que el sujeto requiera la re-evaluación para alcanzar el diagnóstico.
2. REVISIÓN DE LOS SUJETOS DIAGNOSTICADOS DE HIPERSENSIBILIDAD A BTLS EN UNA DE LAS DOS
CONSULTAS EXTERNAS DE ALERGOLOGMA DEL HOSPITAL DEL BIERZO EN LOS ÚLTIMOS 4 AÑOS.
El grupo está compuesto por 48 sujetos, 25 varones y 23 mujeres. Sólo pudieron recogerse
datos de 46.
El 25% de los sujetos estudiados eran atópicos.
La reacción presentada por los pacientes fue una urticaria versus urticaria/angioedema en
el 45,84 % (22), una anafilaxia en el 20,83% de los casos (10), un rash en el 12,5% (5
sujetos) y en otro 12,5% de los casos otras reacciones. Dos sujetos no recordaban la
reacción.
De los 46 sujetos en 39 el diagnóstico fue realizado en la fase inicial del estudio. En
los 7 restantes se requirió la re-evaluación diagnóstica. Esto supone un 14,58%.
Intentamos establecer si existía alguna relación entre el tiempo transcurrido entre la
reacción y el estudio como habíamos encontramos en el anterior trabajo presentado. No
fue así. Intentamos analizar cuales fueron las posibles razones de estas discrepancias.
Dos circunstancias destacaban entre los pacientes diagnosticados en la FASE II:
1.- La edad de los sujetos diagnosticados en la fase II fue inferior a 14 años en 4 de
los 7 sujetos (57,14%) mientras que en el grupo diagnosticado en la fase I sólo son
menores de 14 años el 8,82%. En otras patologías como la alergia a venenos y en alergia
alimentaria se ha puesto de manifiesto la tendencia a la pérdida de sensibilización
mucho más rápida entre los niños que entre los adultos. La edad tan temprana de estas
reacciones en los pacientes diagnosticados en la fase II pudiera explicar que aún
habiéndose estudiado en un tiempo muy cercano al momento en que se produjeron, el valor
de la IgE ya estuviera muy declinada (por la rápida pérdida de las sensibilizaciones en
los niños) y se hubiera requerido por este motivo la reprovocación, en definitiva, mayor
estímulo inmunológico para reactivar la IgE.
2.- Otro factor destacado en este grupo de pacientes es la escasa participación que ha
tenido la penicilina como fármaco referido por historia clínica. Como han puesto de
manifiesto algunos trabajos en la literatura, el declinar de la IgE específica en
pacientes con hipersensibilidad a aminopenicilinas (hiperesensibilidad específica) es
mucho más rápido para aquellos pacientes que presentan hipersensibilidad de grupo (
penicilina y derivados).
Estos dos hechos podrían explicar el porqué de los valores "tiempo desde la última
reacción al diagnóstico" encontrados (4, 8,12 y 24 meses) en el grupo de sujetos
diagnosticados en la fase II. El porqué de haber requerido la re-evaluación para
alcanzar el diagnóstico a pesar de haber sido estudiados en un tiempo muy próximo a la
reacción.
La conclusión fundamental de este trabajo apoya, como el anterior, claramente:
1.- La importancia de la re-evalución. En el 14,58% de los sujetos el diagnóstico se
realizó en la re-evaluación.
Probablemente exista un patrón diferente de descenso de la IgE, de pérdida de
sensibilidad, para los distintos betalactámicos: penicilinas naturales frente a otros
derivados.
OTROS DATOS QUE APOYAN LA IMPORTANCIA DE LA REPROVOCACION:
* REPROVOCACION POSITIVA CON OTROS FARMACOS:
La necesidad de realizar una re-evaluación para alcanzar el diagnóstico es un hecho
observado no sólo para betalactámicos. También hemos detectado casos de reprovocación
positiva con otros fármacos. Por ejemplo para eritromicina. Hemos diagnosticado una
urticaria por eritomicina en una reprovocación a una mujer que refería una historia muy
clara 8 años atrás y que toleró con normalidad la provocación inicial. Sin embargo,
tras la primera dosis de 70 mg en la reprovocación presentó prurito en palmas y plantas
seguida de aparición de lesiones habonosas aisladas en escote.
CONCLUSIONES FINALES:
1. Insistir en la necesidad de realizar siempre un estudio en FASE II, es decir, repetir
las pruebas cutáneas y la reprovocación entre 2 o 4 semanas despues del estudio inicial
si éste es negativo. Etiquetar a un sujeto de tolerante a betalactámicos cuando en
realidad presenta hipersensibilidad a los mismos puede entrañar riesgo vital para el
sujeto.
2. El papel del tiempo transcurrido desde la reacción al estudio parece relevante para
las penicilinas naturales pero su papel en otros betalactámicos está por definir.
Ambas conclusiones sin olvidar que existen sujetos que no se adaptan a ninguno de los
patrones conocidos:
* Independientemente del tiempo transcurrido hay sujetos en los que las pruebas cutáneas
se mantienen positivas indefinidamente.
* Hay sujetos en los que independientemente del tiempo transcurrido es necesaria la
provocación controlada al presentar siempre pruebas negativas.
Ambos trabajos aportan con su contenido apoyo a la hora de contemplar la hipersensibilidad
a betalactámicos como una situación clínica e inmunológica cambiante a lo largo del
tiempo.
* Todos hemos presenciado un cambio en las pruebas cutáneas tras una fase inicial
negativa.
* Y todos hemos podido observar como el seguimiento en el tiempo de unas pruebas cutáneas
nos muestra una modificación hacia la negativización.
Como ocurre en otras patologías (sobre todo en aquellas en que la exposición al
antígeno es puntual: alergia a himenópteros y alimentos). No se trata sólo de
disminución de la sensibilidad de las pruebas cutáneas (reflejo de la disminución de la
IgE específica) sino que algunos sujetos pierden esa hipersensibilidad no sabemos si
transitoriamente o definitivamente.
* Todos tenemos experiencia de haber historiado reacciones claras que tras un estudio
completo nos quedamos sorprendidos de la tolerancia al betalactámico.
El análisis de todos estos datos, dado que podemos interferir en la evolución natural de
la hipersensibilidad a Betalactámicos, abre a mi juicio un interrogante importante. Dado
que podemos producir un estímulo antigénico que altere el curso natural de esa pérdida
de hipersensibilidad al poder activar la memoria inmunológica: ¿sería mejor no realizar
ningún estudio salvo que se requirieran en ese momento betalactámicos?.
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