METODOS INDIRECTOS PARA EL ESTUDIO DE LA INFLAMACIÓN BRONQUIAL EN EL ASMA. HIPERRESPUESTA BRONQUIAL A ADENOSINA Y ACETALDEHIDO

 

Valentina Gutiérrez Vall de Cabres, L. Prieto Andrés

Hospital Universitario Dr Peset de Valencia

 

INTRODUCCIÓN

Desde las primeras ediciones de estos Debates Sobre Alergología se ha venido discutiendo una aparente paradoja: a pesar de que actualmente parece aceptado que el asma es una enfermedad inflamatoria crónica (1,2), se siguen recomendando los parámetros de función pulmonar para el diagnóstico y para el control evolutivo de esta enfermedad. Los indicadores espirométricos se han mostrado demasiado poco sensibles e imprecisos para detectar la inflamación bronquial y sus modificaciones, como consecuencia de estímulos alergénicos o de la acción de fármacos anti-inflamatorios.(3,4). Parece razonable que si el aspecto fundamental en el asma es la inflamación, este proceso se diagnostique y controle mediante el uso de indicadores que aborden directamente la presencia y actividad inflamatorias. También desde las primeras reuniones en este Foro se vienen discutiendo acerca de los métodos más prometedores, el análisis de las muestras de esputo inducido y de determinados productos de estrés oxidativo en aire exhalado, que son ya una realidad en algunos de nuestros Centros.

            Otra de las características del asma es la respuesta anormal de las vías aéreas, que se obstruyen con demasiada facilidad y de manera excesiva ante estímulos no inmunológicos, es decir la hiperrespuesta bronquial (HRB), y parece demostrado que este comportamiento es una consecuencia de la presencia mantenida del proceso inflamatorio (1,2). Por tanto, es lógico suponer que la determinación de HRB pudiera representar aun método indirecto para acceder a la inflamación y a sus consecuencias.

Para determinar la presencia e intensidad de la HRB suelen utilizarse agentes broncoconstrictores directos (Tabla 1), como la histamina o la metacolina, que inducen broncoespasmo mediante la activación de receptores específicos en las células efectoras del músculo liso bronquial. Por tanto, la respuesta a estos estímulos se ve muy afectada por las alteraciones estructurales de la pared bronquial y por las modificaciones de la interrelación entre la pared bronquial y el parénquima (5), pudiendo reflejar las consecuencias persistentes más que la actividad del proceso inflamatorio en el momento de la determinación. Probablemente este sea el motivo de la deficiente correlación entre HRB a metacolina o histamina y parámetros de inflamación en muestras de biopsia, lavado broncoalveolar o esputo inducido (3,4).

            Otros agentes broncoconstrictores, como la adenosina 5'-monofosfato (AMP) y el acetaldehido (ACTH), introducidos en los últimos años como estímulos broncoconstrictores, producen broncoespasmo por mecanismos indirectos que básicamente consisten en la liberación de mediadores de ciertas células activadas (Tabla 1). En consecuencia, la respuesta a estos agentes espasmógenos indirectos podría resultar más útil para determinar la presencia e intensidad de la inflamación bronquial activa (6).

 

ADENOSINA 5'-MONOFOSFATO

           

La adenosina 5“-monofosfato (AMP) es un nucleótido que procede de la degradación de la adenosina, un nucleósido que se sintetiza en los procesos alérgicos. El origen fundamental de este mediador parecen ser los mastocitos activados, y la mayoría de sus efectos fisiológicos pareces mediados por la estimulación de receptores específicos, fundamentalmente los denominados A2b y la liberación de histamina, PGD2 y triptasa. Además de su acción espasmógena, la adenosina puede también contribuir a la expresión de diferentes aspectos de la respuesta inflamatoria característica del asma (revisado en ref.7).

Los resultados aportados por estudios clínicos sugieren que el estudio de la HRB a AMP refleja de forma más precisa la inflamación alérgica de la pared bronquial que la HRB a metacolina:

La provocación bronquial con alergenos en el laboratorio se asocia con incrementos de la sensibilidad bronquial a AMP (reducciones en la PC20 ) que no ocurren paralelamente a los cambios en la respuesta a metacolina (8). En un estudio diseñado con la finalidad de examinar el efecto del tratamiento regular con salmeterol sobre los cambios (inflamatorios y en la HRB) inducidos por la exposición natural al alergeno (9), se comprobó que el fármaco protege de los incrementos de la HRB a metacolina pero no a AMP, en pacientes con asma de etiología polínica. Estos datos sugieren que en la respuesta a distintos broncoconstrictores pueden intervenir diferentes mecanismos que quizás se reflejen alteraciones distintas producidas por estímulos inflamatorios. Estas anomalías no se identifican de igual forma por los distintos agonistas y, cuando hablamos de hiperrespuesta bronquial, se hace imprescindible precisar frente a qué agente se ha analizado.

La exclusión alergénica que representa la permanencia a altitud elevada en adolescentes sensibilizados a los ácaros, mejora de forma significativa la sensibilidad bronquial a AMP pero no a metacolina (10). Además, en individuos con rinitis polínica, el cese de la exposición alergénica determinado por el fin de la estación, se traduce en descensos significativos de la sensibilidad a AMP, que vuelven a estar en el rango de los controles sanos, y son superiores a la mejoría de la sensibilidad a metacolina (11) quizás aportando mejor información acerca de la menor actividad de la inflamación alergénica mediada por mastocitos (Figura 1). Estos resultados parecen indicar que la sensibilidad a AMP es consecuencia directa de los procesos inflamatorios agudos inducidos por el alergeno y, por ello, se modifica rápidamente como consecuencia de la retirada del mismo. Por el contrario, la HRB frente a metacolina puede aumentar como consecuencia de alteraciones más persistentes de la estructura de la pared bronquial, que revierten más lentamente tras la retirada del estímulo antigénico.

Figura 1: Cambios en la hiperrespuesta bronquial inducidos por la exclusión alergénica en pacientes con rinitis de etiología polínica. Las barras horizontales representan la mediana. AMP= Adenosina 5'-monofosfato.

 

La influencia del tratamiento anti-inflamatorio sobre la respuesta a AMP comparada con la respuesta a metacolina y también ha sido estudiada, y parece que ambas no se modifican paralelamente ni en una magnitud similar. La variación en la respuesta a AMP parece ser más precoz y más importante en respuesta al tratamiento con esteroides inhalados (12).

Se ha estudiado la capacidad discriminativa de la exploración con AMP y se ha comprobado que la inhalación de este agente induce broncoespasmo en casi todos los pacientes asmáticos con concentraciones < 400 mg/ml, y excepcionalmente en individuos sanos (8), sin embargo, la especificidad de la respuesta a AMP perece deficiente, pues se detecta HRB frente a AMP en pacientes con otras enfermedades respiratorias como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (13,14).

Figura 2: Respuesta a metacolina en individuos con asma (n=107) y rinitis alérgica (n=96). Las barras horizontales representan la mediana. Se aprecia que una importante proporción de individuos con rinitis presenta sensibilidad a la metacolina en rango asmático (por debajo de la línea discontinua).

 

Otra población que con frecuencia plantea dudas en el diagnóstico diferencial del asma es la rinitis alérgica. Los datos del único estudio diseñado para precisar la prevalencia de HRB frente a AMP en paciente con rinitis y su relación con la respuesta a metacolina, ha concluido recientemente en nuestro Centro (15),y se ha comprobado que el 36% de los pacientes con rinitis alérgica y sin asma presentan hipersensibilidad bronquial a AMP (Figura 3), en línea con la concepción actual de ambas entidades como espectro de un mismo proceso, la sensibilización a alergenos, que comparten tanto la patogénia como la patología de las vías aéreas. En parte por ello, el estudio de la respuesta a AMP no parece aportar ventajas sobre la provocación con metacolina para distinguir el asma de otros procesos que afectan a las vías aéreas.

Figura 3 : Respuesta a adenosina 5'-monofosfato (AMP) en individuos con asma, rinitis alérgica y controles sanos. Las barras horizontales representan la mediana. Se aprecia que una importante proporción de individuos con rinitis presentas sensibilidad a la AMP en rango asmático (por debajo de la línea discontinua).

 

Aunque estos datos, de manera indirecta, parezcan indicar que la respuesta a AMP se modifica más y más rápidamente como consecuencia de estímulos proinflamatorios y de los fármacos anti-inflamatorios que la respuesta a metacolina, es fundamental el estudio directo de la relación entre los marcadores de inflamación bronquial y la respuesta a AMP, que se ha abordado recientemente. Polosa y cols. (16) ha puesto de manifiesto que, en pacientes con rinitis alérgica, la proporción de eosinófilos en esputo inducido se correlaciona con la HRB a AMP pero no con la HRB a metacolina (Figura 4). Al menos en la rinitis, la respuesta a AMP es un indicador más directo de inflamación eosinofílica que la respuesta a metacolina.

Figura 4: Relación entre concentración de eosinófilos en muestras de esputo inducido y respuesta a adenosina 5“-monofosfato en pacientes con rinitis alérgica.

 

En resumen, aunque los resultados de los estudios disponibles parecen prometedores, se precisa más información para conocer la utilidad de la determinación de la respuesta a AMP para identificar la intensidad de la inflamación bronquial en la enfermedad alérgica respiratoria y otros procesos inflamatorios de las vías aéreas.

 

ACETALDEHIDO

            El empleo del acetaldehido como agente broncoconstrictor en el estudio de la hiperrespuesta bronquial es reciente y, en consecuencia, no existen muchos datos bibliográficos que informen acerca de resultados. Sin embargo, parece aportar algunas ventajas diagnósticas.

            El mecanismo del broncoconstricción inducida por acetaldehido parte del modelo de broncoespasmo inducido por alcohol y que se ilustra en la Figura 5. Una parte importante de orientales (y excepcionalmente los caucasianos) sufren episodios agudos de broncoespasmo cuando ingieren bebidas alcohólicas, por tener un genotipo inactivo de la enzima aldehido deshidrogenasa-2. Por este motivo, estos individuos metabolizan el acetaldehido muy lentamente y este producto alcanza concentraciones elevadas en su sangre tras la ingesta de bebidas alcohólicas, induciendo la degranulación de mastocitos y basófilos. La histamina liberada por estas células media la broncoconstricción.

Figura 5: Mecanismo de la broncoconstricción inducida por acetaldehido. Metabolismo del etanol

 

            En sujetos asmáticos, la inhalación de acetaldehido en el laboratorio produce episodios de broncoespasmo que no se detectan en individuos sanos (Figura 6), y que , además, se bloquean mediante la pre-medicación con terfenadina (15, 16). Este y otros hallazgos sugieren que el broncoespasmo inducido por acetaldehido se produce por mecanismo indirecto mediado por productos del mastocito y del basófilo.

Figura 6: Respuesta a acetaldehido en individuos con asma e individuos sanos. Las barras horizontales representan la mediana. La mayoría de los asmáticos y no los sanos presentan hiperreactividad al acetaldehido (por debajo de la línea discontinua).

 

La exploración inhalativa con acetaldehido se ha mostrado tan repetible como la exploración con metacolina (16) para la determinación de la sensibilidad bronquial (PC20) a este agente (Figura 7), obteniéndose un coeficiente de repetibilidad de 1,4 concentraciones dobles y un coeficiente de correlación intraclase de 0,64. Además, la exploración con acetaldehido parece tan precisa como la prueba con metacolina (Tabla 2) para diferenciar asmáticos de individuos sanos (17). Sin embargo, en el asma, la presencia de hipersensibilidad a metacolina parece ser necesaria pero no suficiente para que se produzca broncoespasmo tras la inhalación de acetaldehido, sugiriendo que la respuesta a ambos agentes no refleja las mismas alteraciones en la vía aérea (17).

Figura 7: Repetibilidad de respuesta a acetaldehido en pacientes asmáticos. El coeficiente de repetibilidad es de 1,4 concentraciones dobles (línea discontinua) y el coeficiente de correlación intraclase de 0,64.

 

Se ha estudiado la respuesta a la provocación bronquial con acetaldehido en la bronquitis crónica, una entidad que con frecuencia presenta problemas de diagnóstico diferencial con el asma (18). A diferencia de lo que se observa en el asma, el acetaldehido inhalado induce brococonstricción sólo excepcionalmente en los pacientes con bronquitis crónica, mientras que la metacolina produce broncoespasmo en una parte importante de los mismos (Figuras 8 y 9) . En este estudio se encontró una capacidad discriminativa del acetaldehido muy superior a la metacolina para diferenciar estas dos entidades que se detalla en la Tabla 3.

Figura 8: Respuesta a metacolina en individuos con asma (n=62) y bronquitis crónica (n=59). Las barras horizontales representan la mediana. Se aprecia que una importante proporción de individuos con bronquitis crónica presenta sensibilidad a la metacolina en rango asmático (por debajo de la línea discontinua).

 

Figura 9: Respuesta a acetaldehido en individuos con asma (n=62) y bronquitis crónica (n=59). Las barras horizontales representan la mediana. A diferencia de los asmáticos, los pacientes con bronquitis crónica excepcionalmente presentan HRB a acetaldehido (por debajo de la línea discontinua).

 

En resumen, aunque la prueba de provocación bronquial con acetaldehido puede ayudar a diferenciar el asma de la bronquitis crónica, la experiencia clínica con este agente broncoconstrictor es escasa y se precisan más estudios para establecer su utilidad en clínica.

 

REFERENCIAS

 

1. National Hearth, Lung and Blood Institute. Guidelines for the diagnostic and management of asthma. Highlights of the expert panel report 2. National Institute of Health. Publication number 97-4051, 1997

2. British Thoracic Society. The British Guidelines on the asthma management. 1995 review and position statement, Thorax 1997; 52 (Suppl 1): S1-S21

3. Gutiérrez V, Prieto L, Torres V, Trenor R, Perez C, Bertó JM. Marín J. Relationship between induced sputum cell counts and fluid-phase eosinophil cationic protein and clinical or physiologic profiles in mild asthma. Ann Allergy Asthma Immunol 1999; 82: 559-565

4. Crimi E, Spanavello A, Neri M, Ind PW, Rossi A. Dissociation between airway inflammation and airway hyperresponsiveness in allergic asthma. Am J Respir Crit Care Med 1998; 157: 4-9

5. Paré PD, Bai TR. The consequences of chronic allergic inflammation. Thorax 1997; 11: 1-27

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7. Prieto L. Métodos indirectos paara el estudio de la inflamación bronquial en el asma. En Facetas inéditas en asma bronquial. Editores Médicos S.A. (Madrid): 91-119

8. Aalbers R, Kauffman HF, Koėter CH, Potsma DS, De Vries K, De Monchy JGR. Dissimilarity in methacholine and ádenosine 5“-monophosphate responsiveness 3 and 24 h after allergen challenge. Am rev respir Dis 1991; 144: 352-357

9. Prieto L, Gutiérrez V, Torres V, Uixera S, Marín J. Effect of salmeterol on seasonal changes in airway responsiveness and exhaled nitric oxide in pollen sensitive asthmatic subjects. Chest (en prensa)

10. Van Velzen E, Van den Bos JW, Benckhuijsen JA, Van Essel T, De Bruijn R, Aalbers R. Effect of allergen avoidance at high altitude on direct and indirect bronchial hyperresponsiveness and markers of inflammation in children with allergic asthma.Thorax 1996; 51: 582-84

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18. Sanchez-Toril F, Prieto L, Peris R, Pérez JA, Millán M, Marín J. Differences in airway responsiveness to acetaldehyde and methacholine in asthma and chronic bronchitis. Eur Respir J 2000; 15: 260-265