CONFERENCIA INAUGURAL
TRATAMIENTO ESPECÍFICO DE LA ALERGIA A HONGOS AERÓGENOS: RINITIS Y ASMA POR
ALTERNARIA
INTRODUCCIÓN
Ana Isabel Tabar - Jefe Sección Alergología - Hospital Virgen del Camino - Pamplona
Los hongos pueden causar enfermedades alérgicas respiratorias tales como Rinitis y Asma bronquial.
Estudios recientes muestran que la prevalencia de alergia a hongos es mayor de la que previamente había sido considerada (1, 2, 3).
En los pocos estudios epidemiológicos que tenemos disponibles, se determina que las especies más frecuentes responsables de alergia respiratoria son el Cladosporium, especialmente en el norte de Europa y Alternaria en la región mediterránea. Un estudio reciente europeo encuentra en España el mayor radio de sensibilización a hongos de Europa (20% de todos los pacientes alérgicos) (3). Entre los alergenos respiratorios conocidos, son los hongos uno de los más complicados de estudiar, probablemente por las dificultades encontradas al identificar los alergenos. En este momento disponemos de extractos de baja calidad, tanto para diagnóstico como para tratamiento.
Hasta el momento actual existen siete estudios de inmunoterapia con hongos (4- 10), realizados en adultos y niños, con metodología abierta unos, doble ciego frente a placebo otros, unos con extracto de Alternaria y otros con extracto de Cladosporium. En cinco de los siete (4 - 8) se observa una mala tolerancia a los extractos, con un índice elevadísimo de reacciones adversas sistémicas, en su mayoría en forma de crisis de asma bronquial. Solamente los estudios de Cantani (9) y Horst (10) observan una buena tolerancia al extracto, a la par que efectividad en el tratamiento.
Nuestro grupo estudia la seguridad de inmunoterapia con un extracto standarizado en unidades biológicas de Alternaria en pacientes con Rinitis y Asma bronquial (11). Durante el periodo del estudio (1.988 1.996), 129 pacientes reciben inmunoterapia con Alternaria. De las 3.892 dosis administradas, observamos reacciones adversas en 1.95% de las dosis, o lo que equivale al 39.5% de los pacientes. La mayoría de las reacciones adversas fueron sistémicas y leves, reproduciendo la enfermedad de base. El riesgo de reacciones adversas fue significativamente mayor en niños, en pacientes con asma y durante la fase inicial del tratamiento. Los pacientes que sufrieron reacciones adversas tenían unos niveles de IgE Total y Específica frente a Alternaria superiores a los que toleraron bien el tratamiento. Concluimos que la tolerancia a extractos de Alternaria es peor en la actualidad que la encontrada con otros extractos alergénicos y que el riesgo de reacciones adversas es superior en niños y en pacientes con asma y durante la fase inicial del tratamiento.
Motivados por estos resultados, nos animamos a plantear un estudio a tres fases: En la primera intentaríamos obtener un extracto adecuado de Alternaria tennuis para diagnóstico y tratamiento. En una segunda fase obtendríamos la dosis máxima tolerada y en una tercera fase estableceríamos la eficacia de inmunoterapia específica con Alternaria tennuis y el extracto obtenido en el diseño doble ciego.
Los resultados de este estudio, así como la evaluación clínica y el seguimiento de los niños con Asma infantil por alergia a Alternaria en su evolución natural serán los temas que ocuparán el resto de esta mesa.
Referencias