Restricción Genética en alergia respiratoria:
Ácaros
B. Cárdaba, E. Fernández*, A. Jurado, M.
Rojo, M. García*, I. J. Ansotegui*, I. Cortegano, M. A. Etxenagusia*, V. del
Pozo, J. Urraca**, E. Civantos, S. Gallardo, P. Palomino, C. Lahoz.
Departamento de Inmunología, Fundación Jiménez Díaz, Madrid
*Departamento de
Alergia, Hospital Santiago Apóstol, Vitoria
** Centro de Salud de
Sansomendi, Vitoria
Introducción: Los gitanos españoles han vivido tradicionalmente como nómadas, razón por
la cual se han realizado pocos estudios epidemiológicos con este grupo étnico.
Sin embargo, el asentamiento en el Norte de España de una población de gitanos,
permitió constatar la alta prevalencia de enfermedades asmáticas en este grupo
(no justificable por las condiciones ambientales), lo que nos indujo a estudiar
algún posible factor genético implicado.
Materiales y Métodos: Seleccionamos una población de 87 sujetos, procedentes de 5 familias, en
los que analizamos los polimorfismos de alguno de los posibles locus genéticos
implicados en la regulación de esta respuesta: DRB1* y DQB1* de HLA de clase
II, TCR-Va8.1, el exón 7 e intrón 2 de la cadena b del FceRI, TNF-b y CD14.
Resultados: Encontramos que los niveles elevados de IgE total en suero están asociados
de forma positiva con DQB1*02 (p=0.02), DQB1*0301(p=0.008) y el alelo 1 del
intrón 2-RsaI del FceRI-b (p=0.04) y de forma negativa con DRB1*14 (p=0.02). Los niveles de
anticuerpos específicos de Der p 1 se asociaron positivamente con el alelo 1 de
TCR- Va8.1 (p=0.04) y con el alelo 1 del intrón 2-RsaI del FceRI-b (p=0.0009). El haplotipo DRB1*11-DQB1*0301 mostró una asociación negativa
(p=0.007) con los niveles de anticuerpos específicos de Der p 1.
Conclusión: No encontramos ninguna asociación con el asma y los loci genéticos
analizados, sin embargo, nuestros resultados sugieren la existencia de
múltiples influencias genéticas sobre la respuesta alérgica en estas familias.
Asma y alergia son enfermedades complejas que involucran tanto a factores ambientales como genéticos, motivo por el cual, el estudio de ambas condiciones es fundamental para comprender este tipo de enfermedades.
Este trabajo, es un claro ejemplo de esta idea, ya que se planteó tras la realización de un estudio epidemiológico realizado por el Dr. Eduardo Fernández y cols1-2 en el que demostraron que una población tradicionalmente nómada como es la gitana tras establecerse como sedentaria, y a pesar de tener prácticamente las mismas condiciones ambientales que una población no-gitana residente en el mismo Distrito, mostraba una incidencia cinco veces mayor de asma, así cómo, un incremento en los valores de IgE total y de reactividad por pruebas cutáneas a distintos alergenos (siendo los ácaros los alergenos predominantes en la reactividad de estos pacientes). Estos resultados, apuntaban hacia la idea de que el ambiente no justificaba “per se” la alta incidencia de enfermedades alérgicas constatada en este grupo y por esta razón, nos planteamos estudiar si algún factor genético pudiera explicar este hecho, en este grupo étnico.
Múltiples grupos han trabajado en la
identificación de genes reguladores de las respuestas atópicas, lo que ha
permitido la definición de fuertes candidatos a genes de la atopia, siendo los
más relevantes el cromosoma 11q133, donde se localiza el gen
que codifica para la cadena b del receptor de alta
afinidad para la IgE (FceRI-b), y el 5q31.14, donde mapean las citoquinas asociadas a
la respuesta alérgica (IL-4, IL-5, IL-13) también llamado “cluster de las citoquinas”,
así cómo, el gen que codifica por CD14 (antígeno de membrana de monocitos,
macrófagos y neutrófilos, descrito recientemente por Baldini et cols5
como posible regulador de los niveles de IgE total, modulando la respuesta
Th1/Th2).
La regulación
de la respuesta IgE específica de alergenos puede diferir de la respuesta
atópica en general. Las asociaciones genéticas son más fácilmente detectables
frente a alergenos purificados que frente a extractos complejos. A este
respecto, se han estudiado fundamentalmente dos cromosomas,
el 6p21.3, donde mapean los genes que codifican por las moléculas del
complejo mayor de histocompatibilidad de clase II (MHC de clase II), las cuales
juegan un papel central en la unión y presentación de péptidos antigénicos a la
célula T y el 14q11.2, donde está localizado el locus de la cadena alfa
del receptor de la célula T (TCR). Ambos locus han sido asociados a la
respuesta IgE específica de antígenos6-8.
En este trabajo, intentamos demostrar que la alta
prevalencia de asma y alergia frente a ácaros (Dermatophagoides) observada en una población de gitanos
establecidos en el Norte de España puede tener una base genética y no sólo ser
el reflejo de un cambio ambiental derivado de su nuevo estilo de vida. Para
ello, hemos estudiado alguno de los
loci previamente descritos en otros grupos étnicos como implicados en la
respuesta alérgica: 1. El locus HLA de clase II y alguno de los polimorfismos
de la cadena alfa del TCR, como genes reguladores de la respuesta específica de
alergenos, 2. Los polimorfismos genéticos de la subunidad beta del receptor de
tipo I del Fce, implicados en la regulación de la IgE total. 3. El gen de la cadena beta
del TNF, regulador de mecanismos inflamatorios no específicos de IgE, pero que
ha sido asociado con asma y 4. Los polimorfismos del CD14 como posibles
reguladores de la IgE total.
Población de estudio
Se seleccionaron 87 individuos (48 mujeres y 39
hombres) procedentes de 5 familias (4 nucleares y una extendida) en el
Departamento de Alergia del Hospital Santiago Apóstol y el Centro de Salud de
Sansomendi (Vitoria), tras el consentimiento informado de todos los integrantes
del estudio y realizarles un examen físico personal y familiar.
Se determinó la hipersensibilidad inmediata a una
bateria de alergenos comunes (incluyendo el extracto crudo de D. pteronyssinus y D. farinae) por
pruebas cutáneas.
El criterio usado para el diagnóstico de asma fue
el estándar para el diagnóstico y cuidado de pacientes con enfermedad pulmonar
obstructiva y asma (COPD)9.
Los sujetos con altos niveles de IgE total en
suero, pruebas cutáneas positivas y anticuerpos IgE específicos contra alguno
de los alergenos comunes fueron considerados sujetos atópicos.
Determinaciones
serológicas
Las determinaciones serológicas realizadas fueron:
IgE total, IgE frente al extracto de D.
pteronyssinus y como determinaciones específicas, IgE frente a Der p 1, Der
p 2 y Der f 1 por ELISA.
Los niveles de CD14 soluble en suero, fueron analizados
por ELISA.
Los datos clínicos de los sujetos estudiados se resumen
en la Tabla 1, agrupando a los sujetos en atópicos y no atópicos.
Análisis
molecular
El DNA genómico fue extraido de los linfocitos de
sangre periférica, mediante precipitación con sales, para el estudio genético
de los 7 polimorfismos analizados en este trabajo10: los loci DRB1 y
DQB1 que codifican por los antígenos de clase II, DR y DQ; los polimorfismos
bialélicos de la cadena a del TCR (Va8.1); dentro del gen que codifica por la cadena b del receptor de alta afinidad para la IgE, los polimorfismos bialélicos en
el intrón 2 y el exón 7; los polimorfismos bialélicos del primer intrón del gen
de la cadena a de la linfotoxina y los polimorfismos de la región promotora del CD14.
Análisis
estadístico
La comparación entre atópicos y no atópicos, se realizó por el test de
Cochran y Martel-Haensel y el test ANOVA de 2 factores. El ligamiento entre un
rasgo alérgico determinado y un marcador alélico, se analizó por dos métodos
no-paramétricos: SAGE y SIMID10.
La
asociación con rasgos cuantitativos se analizó por tres métodos (usando SPSS
6.1): análisis de varianza basado en el alelo, análisis de varianza basado en
el genotipo y análisis de regresión múltiple.
La significación estadística de las frecuencias alélicas
ó genotípicas entre grupos se determinó por el test de Fisher´s
o el test de c2.
RESULTADOS
Y DISCUSION
La Tabla 1 resume los parámetros clínicos de esta
población, agrupando a los sujetos en atópicos y no atópicos (agrupación
posible, ya que comprobamos que no hay diferencias estadísticamente
significativas en el comportamiento de las familias). No existe diferencia en
el ratio mujeres/hombres afectos, pero sí se observó que los sujetos atópicos
fueron sensiblemente más jóvenes y en un alto porcentaje, asmáticos (63.4%),
así como, sensibilizados a Dermatophagoides,
especialmentente a Der p 1 y Der p 2.
|
Atópicos |
No-Atópicos |
p |
Nº Sujetos |
41 |
46 |
|
Edad |
27 ± 8 |
35 ± 19 |
0.02 |
Asmáticos |
n=26 (63.4) |
n=5 (10.8) |
<0.01 |
IgE total (UI/ml) |
597 ± 751 |
61 ± 55 |
<0.01 |
Pruebas cutáneas a Dermatophagoides
(mm) |
n=27 (65.8) 8 ± 3 |
n=8 (17) 5.2 ± 1.7 |
<0.01 <0.01 |
IgE a-D. pteronyssinus
(UNI-CAP clases), UI/ml |
n=40 (97.5) 48 ± 33 |
n=1 (2.4) 0.7 ± 4.2 |
<0.01 <0.01 |
IgE a-Der p 1 (UNI-CAP clases) |
n=33 (80.4) 3.3 ± 0.98 |
N=3 (6.9) 0.9 ± 0.9 |
<0.01 <0.01 |
IgE a-Der p 2 (UNI-CAP clases) |
n=35 (85.3) 3.3 ± 1.1 |
n=2 (4.6) 0.7 ± 0.9 |
<0.01 <0.01 |
IgE a-Der f 1 (UNI-CAP clases) |
N=19 (46.3) 2.2 ± 1.2 |
N=2 (4.6%) 0.8 ± 0.9 |
<0.01 <0.01 |
Tabla 1. Parámetros clínicos de la población estudiada, agrupados en atópicos y no atópicos.
Los paréntesis indican porcentajes.
Al analizar
la relación de los polimorfismos estudiados en relación con los parámetros
clínicos, encontramos los resultados que se resumen en la Tabla 2.
Tabla 2. Asociaciones
relevantes entre los parámetros alérgicos y los loci analizados.
Rasgos alérgicos |
Asociación Positiva |
Asociación Negativa |
Niveles totales de IgE en
suero |
DQB1*02 (p=0.02) DQB1*0301 (p=0.008) FceRI-b Rsa I-in2 Allele 1 (p=0.04) |
DRB1*14 (p=0.02) |
Niveles de IgE a-Der p 1 |
TCR Va8.1 Allele 1 (p=0.04) FceRI-b Rsa I-in2 Allele 1 (p=0.009) |
DRB1*11 (p=0.007) DQB1*0301 (p=0.007) |
Estos datos demuestran la existencia de múltiples
influencias genéticas en la respuesta alérgica de estas familias, poniendo de
manifiesto la complejidad de este tipo de respuestas.
Sin embargo, a pesar de esta complejidad, de
nuestros datos podemos destacar algunos resultados interesantes.
En primer lugar, la posibilidad de que DQ2 y el
alelo 1 del intrón 2 de la cadena b del FceRI puedan ser factores de riesgo para la atopia en este grupo (ya que,
ambos están significativamente asociados con los niveles altos de IgE), pero no
con el desarrollo del asma. Estos datos, coincidirían en parte con resultados
previos que describen a DQ2 como asociado con la reactividad a Dermatophagoides en una población de
niños asmáticos chinos11 pero no con los que lo describen como un
factor de riesgo para el desarrollo del asma12. Respecto al Fce, distintas variantes polimórficas de la cadena b del receptor de tipo I del Fce, han sido asociadas con
la regulación de la IgE, así como con el asma, dermatitis atópica y distintas
condiciones atópicas, aunque también existe extensa bibliografía que no
corrobora estas asociaciones, revisado por Cookson et cols13.
En segundo lugar, el haplotipo DR5(11)-DQ7(3)
podría ser un factor de protección en la respuesta a Der p 1, ya que está
negativamente asociado con los niveles de anticuerpos IgE específicos frente a
este antígeno. Curiosamente, el antígeno DQ7(3) está asociado a los altos
niveles de anticuerpos IgE total, pero, su frecuencia fenotípica en atópicos y
no atópicos es la misma. Otro grupo de Venezuela14 describió la
asociación positiva entre este haplotipo y el asma inducido por ácaros, sin
encontrar ninguna asociación con niveles de anticuerpos. Esta diferencia de
resultados, pensamos que puede deberse a la diferencia étnica (en “background genético”).
En tercer lugar, el alelo 1 del TCR Va-8.1, así como, el alelo 1 del intrón 2 de la cadena b del FceRI podrían ser factores de riesgo en la respuesta específica a Der p 1. El
polimorfismo de la cadena alfa del TCR ha sido asociado con la respuesta
específica de alergenos y en concreto, el alelo 2 de Va-8.1, ha sido asociado con la respuesta IgE frente a Der p 2 en pacientes
HLA-DR215. En nuestro caso, la asociación encontrada es con los
niveles de IgE específica a Der p 1 y el alelo 1 del TCR Va-8.1. No encontramos ninguna asociación con Der p 2 ó Der f 1.
Finalmente no encontramos ninguna asociación con
asma, ni con la respuesta específica a los otros antígenos estudiados, ni
ninguno de los otros loci genéticos analizados (TNF ó CD14).
Las peculiaridades de estos hallazgos en relación
con otros descritos en la literatura, reflejan la complejidad de los estudios
genéticos de las enfermedades alérgicas, no siempre reproducibles y muy
dependientes de la población de estudio (“background genético”), del tamaño y la
selección de la muestra, de la metodología utilizada y por supuesto, de la
clara definición del fenotipo que se quiera relacionar con un genotipo. Sin
embargo, la tendencia a la uniformidad en los estudios actuales (cada vez se
establecen más grupos de trabajo en el ámbito internacional con el fin de
unificar criterios tanto de selección como de protocolos a seguir) y la
mejora de las técnicas de biología
molecular, así como el mayor conocimiento de los genes, permite pensar que los
resultados cada vez serán más uniformes y permitirán obtener conclusiones más
útiles en la definición de marcadores de riesgo con el fin de un mejor
diagnóstico y tratamiento de este tipo de enfermedades.
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