J.M. Román.
Hospital Infantil “Son
Dureta”. Palma de Mallorca.
Educar significa cambiar el comportamiento de alguien para hacerlo capaz, cuando tiene que enfrentarse con una situación o un problema particulares, de desarrollar un comportamiento que nunca hasta entonces se había producido. La tarea de educar consiste en ayudar a aprender comportamientos nuevos o cambiar los antiguos, así como a determinar donde y cuando resultan apropiados.
El consenso para formar
pacientes a cuidarse de una manera autónoma es prácticamente reciente. Implica
un cambio importante, ya que la tendencia espontánea de lo profesionales es
conservar celosamente su saber. Sin embargo las nuevas tecnologías no permiten
mantener este monopolio de la información. La evolución de la sociedad
democrática va, en el mas amplio sentido, dirigida a compartir las decisiones. Pero sobre todo, es el
aumento de las enfermedades crónicas, que necesitan auto-control y autocuidados
y la problemática de la economía de la salud, lo que ha conducido al concepto y
a la práctica de la educación terapéutica.
La educación del paciente ha sido definida como “una experiencia de aprendizaje planificado usando una combinación de métodos tales como enseñanza, asesoramiento y técnicas de modificación de conducta, los cuales influencian el conocimiento de los pacientes y la conducta de salud, envolviéndolos en un proceso interactivo en el cual el paciente participa activamente en el cuidado de su propia salud”(1).
La educación médica, se dirige a un sector profesional relativamente homogéneo motivado a desarrollar una profesión. Relacionada sobre todo con la resolución de las enfermedades agudas.
La educación terapéutica, va dirigida a un sector totalmente heterogéneo desde el punto de vista psicológico, social, intelectual y motivacional, interesándose principalmente por las enfermedades crónicas. Agrupa a personas de edad y de condiciones extremadamente diversa, más o menos motivadas a aprender la gestión de una enfermedad que frecuentemente les angustia y les desalienta.
Si la educación médica puede ser considerada como una didáctica disciplinaria centrada sobre una profesión, la educación terapéutica está abierta a un conjunto de disciplinas de las Ciencias Humanas y agrupa a un gran número de actores. Es un trabajo de equipo y por tanto multiprofesional. El objetivo es el enfermo y su enfermedad, multidisciplinaria.
Aprender a cuidarse, significa para el paciente situar su enfermedad en relación al sentido que él le da a su propia vida, expresar sus valores y sus representaciones de la salud, superar las etapas que conducen a la aceptación de una patología crónica.
La educación terapéutica, una práctica reconocida y valorizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS.1998) tiende a convertirse en un campo de investigación, de acción y de enseñanzas específicas, distinto del marco general de la educación para la salud.(2)
El objetivo principal de la educación terapéutica del asmático, es reducir la morbilidad y la mortalidad y mejorar la calidad de vida, reconociendo el asma, sus causas y su severidad (síntomas, medidas de obstrucción de las vías aéreas), determinando cual es el mejor nivel de control alcanzable, manteniendo el mismo mediante estrategias de evitación y mínima medicación y previniendo y tratando las exacerbaciones precozmente con la ayuda de un plan de acción por escrito.
La simple información, aunque enriquece significativamente el nivel de saber de los pacientes, responde sólo parcialmente al conjunto de sus expectativas y necesidades, pudiendo incrementar los conocimientos pero no aportando cambios en la conducta para la salud requeridos para manejar los problemas crónicos. Conocer su enfermedad no quiere decir saber vivir con ella. (3).
La enseñanza no es suficiente para la adopción de comportamientos. Constituye una dimensión de la secuencia educativa, pero se refiere a los conocimientos sobre la enfermedad, es una mera transmisión de conocimientos.
La educación, tiene como objetivo obtener un comportamiento del paciente frente a situaciones cotidianas, aplicando una secuencia sistemática y estableciendo una relación interpersonal. La participación mutua de los profesionales y de los pacientes en el proceso terapéutico y educativo, conducirá a un enriquecimiento en conocimientos y un aprendizaje de vivir con la enfermedad, conduciendo a la autonomía del paciente.
Los consensos nacionales e internacionales sobre la evaluación y el tratamiento del asma destacan la importancia de procurar al asmático un bagaje de conocimientos y de medios necesarios para mejorar el manejo de su asma y reducir su dependencia del médico. (4)
En la educación terapéutica del paciente, existe una transmisión de la información, una verdadera transferencia de competencias.
Conceptualmente ha sido propuesto un marco conceptual de pedagogía por objetivos utilizado por la mayoría de grupos que practican la educación terapéutica.(5) Se trata de una aproximación sistemática en la cual se suceden varias etapas:
- la identificación de las necesidades del paciente, estructurando un diagnóstico educativo
- la negociación de objetivos de aprendizaje, a partir del diagnóstico educativo, relacionados con las competencias que debe adquirir el paciente
- el aprendizaje por el paciente de conocimientos, habilidades y técnicas correspondientes
- evaluación de lo que el paciente sabe, razonamientos que ha adquirido,habilidades que ha desarrollado, cambios en sus creencias de salud..
Paralelamente, se evalúa la mejoría de los parámetros clínicos y las normalización de resultados de parámetros biológicos.
Los programas habrán de adaptarse según la edad de los pacientes y del contexto de la educación (hospital, centros ambulatorios, colonias de vacaciones..).
La educación exige un conocimiento profundo de la enfermedad y de su tratamiento y por otra parte, obliga al conocimiento de factores que influencian los comportamientos individuales de la salud: la observancia terapéutica y las capacidades de aprendizaje del paciente. Requiere en los profesionales competencias diferenciadas y complementarias, otra manera de considerar al paciente y su problema de salud. La educación así, estaría integrada en el proceso terapéutico, dentro de un marco teórico en un modelo interactivo, reconociendo el acto educativo como acto terapéutico.
En la educación terapéutica, se ha de pasar de la fase de aproximación vertical en la que los profesionales se sitúan en un “rol de expertos” y la transmisión de su información es un monólogo dirigido a pacientes pasivos, modelo curso ex cátedra (situación actual) al modelo en que la aproximación es mucho más horizontal y donde la resolución de los problemas encuentra su lugar.
Los profesionales comienzan a tener un rol diferente, es un rol mediador que el paciente activo va a percibir en el seno de un diálogo, capacitándolo para construir sus competencias necesarias para la vida diaria. Es un marco relacional donde las competencias y los conocimientos del paciente contribuyen a aumentar la eficacia de los tratamientos y la calidad de vida. Se trata de conseguir que el paciente sea autónomo, capaz no solamente de anticiparse y tratar sus crisis sino también de aplicar diariamente una prevención y un tratamiento adecuados.
El estudio de los cambios de rol que han de sufrir los profesionales de la salud y los pacientes por la educación terapéutica, ofrece perspectivas importantes de investigación.