PRIMERA
PONENCIA:
Evaluación de aspectos no convencionales en el
asma
MODERADOR:
Dr. Santiago Quirce.
Hospital "Fundación Jiménez Díaz".
Madrid.
CALIDAD DE VIDA RELACIONADA CON LA SALUD EN EL ASMA
Dr. Carlos Colás Sanz.
Hospital Clínico Universitario. Zaragoza.
La medición del estado de salud tiene como objeto
cuantificar el impacto de la enfermedad en el bienestar global del
paciente, de forma estandarizada, lo que resulta sumamente difícil,
debido a la enorme diversidad de las circunstancias de cada individuo.
En el asma, como en la mayoría de las enfermedades crónicas, el efecto
de los síntomas tiene un alcance mucho mayor que su mero padecimiento.
Por ejemplo, la disnea puede limitar y condicionar la actividad física
del paciente, lo que puede originar sedentarismo y reducción de la
práctica de ejercicio. Como consecuencia de ello el paciente deteriora
su estado de forma física y debilita su musculatura, contribuyendo a
cerrar el círculo vicioso de reducción de la práctica de ejercicio. Por
otro lado, los pacientes con asma pueden tender a reducir sus
expectativas personales y profesionales, en relación con la gravedad de
los síntomas.
En la actualidad, el gran desarrollo tecnológico de la medicina parece
tender a enrarecer el contacto con el paciente y aspectos como su grado
de bienestar, tienen poco reflejo en la historia clínica. Sin embargo,
el desarrollo de la psicometría en las últimas décadas, permite obtener
datos objetivos de estos aspectos, de forma que los cuestionarios de
calidad de vida relacionados con la salud (CCVRS) pueden complementar
los resultados de otros parámetros para la evaluación global del
paciente.
Existen diversas definiciones de calidad de vida relacionada con la
salud (CVRS). Una de las más acertadas es la de Schipper1, que la
resume como "Efectos funcionales de una enfermedad y el tratamiento
concomitante en un paciente determinado, tal y como lo percibe el
propio paciente". Conviene resaltar el aspecto individual y subjetivo
de la percepción puesto que un síntoma similar puede tener gran
variedad de efectos en pacientes distintos.
Estudios de mortalidad a 5 años en grupos de individuos normales y con
patologías de diversa gravedad, se ha podido establecer que los grupos
de individuos que ofrecen peor puntuación en sus cuestionarios,
presentan una mortalidad mayor -hasta 10 veces superior- que los
individuos que tiene una puntuación cercana a la de la población sana2,
lo que parece indicar que existe relación entre el estado de salud y
las puntuaciones de los CCVRS.
Los CCVRS específicos proporcionan parámetros cuantificables y
estandarizados sobre cuestiones clínicas subjetivas, no siempre
referidas espontáneamente por el paciente durante una consulta normal,
como por ejemplo: ¿Limita el asma su actividad habitual diaria? ¿Hasta
qué punto le molestan los síntomas? ¿Le dificultan el trabajo? ¿Le
preocupa el asma y las consecuencias del tratamiento? ¿Le ayuda en algo
un nuevo tratamiento? Para ello, evalúan aspectos en las esferas
física, psicológica y social que constituyen los diversos dominios del
cuestionario.
El asma sintomática se compone de 4 aspectos diferentes que evolucionan
de forma independiente, según resultados de análisis factorial,
recientemente publicado por Juniper3 . Los cuatro parámetros que define
son: Calibre de la vía aérea, síntomas diurnos y el consumo de beta-2
adrenérgicos durante este periodo horario, síntomas nocturnos y su
correspondiente , consumo de beta-2 y, por último, calidad de vida
específica.
Lo más característico es que la correlación entre estos cuatro bloques
de parámetros es bastante pobre, por lo que la autora concluye que es
necesario evaluarlos todos para tener una visión global de la
enfermedad. Además, estas variables evolucionan de forma independiente
en respuesta al tratamiento y la magnitud del cambio experimentado en
relación con el mismo puede ser sensiblemente diferente en cada uno de
ellos.
La medición de CVRS a través de cuestionarios, también tienen sus
limitaciones. Fundamentalmente, se miden diferencias entre grupos o
cambios en el tiempo, pero no dan un valor absoluto de calidad de vida
que se pueda identificar como normal o patológico. Únicamente se pueden
establecer, cuando se emplean cuestionarios genéricos, comparaciones
con población sana o población general. Por otro lado, algunos
individuos pueden no ver reflejadas sus inquietudes en las preguntas
tipo, obteniéndose resultados erróneos. En este aspecto, la adaptación
y matización del cuestionario en relación con el entorno cultural puede
ser importante, incluso en grupos que hablan el mismo idioma. La
aplicación al límite de éstas cuestiones nos llevaría a la situación
imposible de tener que confeccionar un cuestionario para cada individuo.
No obstante, muchos clínicos aún desconocen el valor de esta
herramienta y expresan, en consecuencia, su desconfianza.
Correlación con parámetros clínicos.
Los parámetros clínicos tradicionalmente empleados para evaluar el
estado del asma y su control ofrecen una correlación moderada o débil
con los datos obtenidos de los CCVRS. Esta relación es más consistente
con los dominios o aspectos relacionados con la esfera sintomática
(disnea, limitación de ejercicio físico, etc.) que con los que
contemplan situaciones anímicas o relaciones del individuo con el
entorno. En un estudio ya clásico, Juniper4 compara parámetros
típicamente empleados para valorar el estado del asma, como los valores
de FEM matutino o vespertino, marcadores de síntomas, consumo de
beta-adrenérgicos a demanda o la propia medida del FEV1 con los datos
obtenidos del CCVRS y observa que el dominio de síntomas ofrece un
coeficiente de correlación mejor (en torno a 0,5) que el dominio de
actividades o de relación ambiental.
Otro estudio realizado por nosotros5 comparó los datos obtenidos de la
aplicación de un cuestionario de amplia difusión, validado en nuestro idioma6, con los valores de espirometría, consumo de medicación y
concentraciones de ECP sérica en 35 pacientes con asma de diversa
gravedad. Algunos valores espirométricos como el MMEF y el consumo de
medicación ofrecieron una correlación moderada, con un coeficiente de
correlación en torno a 0,4, con las dimensiones del CCVRS relativas a
la disnea y restricción social. El resto no ofrecía correlaciones
significativas.
En adolescentes con asma extrínseco moderado-grave causado por alergia
a ácaros, la mejoría clínica observada tras una evitación rigurosa del
alergeno, como consecuencia del traslado a zonas de alta montaña
durante meses, sigue paralela a una ostensible mejoría en las
puntuaciones del AQLQ (Asthma Quality of Life Questionnaire), al igual
que sucede con otros parámetros funcionales respiratorios y de
inflamación pulmonar (eosinófilos en esputo)7, superando el efecto de
los esteroides tópicos a dosis altas. No obstante, no se ha establecido
una correlación entre las puntuaciones de AQLQ y los parámetros
estudiados.
Datos publicados por Boulet8 apoyan esta idea. En su cuestionario para
el control del asma observa como las puntuaciones obtenidas en los
cuestionarios de calidad de vida de los pacientes no correlacionan con
los parámetros de función pulmonar ni con el gado de eosinofilia en el
esputo. Sólo obtiene una correlación moderada entre las puntuaciones de
estos cuestionarios y las correspondientes a la valoración de los
síntomas.
En consecuencia, se podría pensar que los CCVRS recogen otros aspectos
de la enfermedad asmática que pasan desapercibidos con los métodos
clínicos tradicionales de evaluación. Además éstos aspectos contribuyen
a tener una visión más global del paciente.
Significación clínica y significación estadística.
Un problema que merece especial atención es la interpretación de
las modificaciones que reflejan la aplicación de CCVRS en mediciones
seriadas a lo largo del tiempo. De la misma manera que el incremento de
unas decenas de mL, en determinaciones seriadas del FEV1, puede
alcanzar significación estadística y sin embargo, el valor clínico de
dicho cambio puede ser escasamente relevante, las variaciones en
puntuación de los CCVRS pueden resultar estadísticamente significativas
sin que sean clínicamente transcendentes. Algunos cuestionarios han
establecido la frontera para considerar los cambios como clínicamente,
además de estadísticamente, significativos. El parámetro lo definen
como MID (diferencia mínima importante) y su valor para el cuestionario
de St. George y el AQLQ de Juniper9 se ha establecido en 0,5 puntos
para cada dominio. Cambios superiores a 1 punto se consideran
importantes. Entre los múltiples ejemplos que tienen en cuenta este
aspecto, podemos citar un reciente estudio que evalúa la influencia del
tratamiento con omalizumab en la calidad de vida de pacientes con asma
grave. Se valora la magnitud de los cambios y se establece que
incrementos en la puntuación de AQLQ de 1,5 puntos, presentes en casi
la mitad de los pacientes, suponen una gran mejoría10.
Decisiones terapéuticas y CVRS
Durante varias décadas muchas decisiones terapéuticas en asma se
han basado en recomendaciones derivadas de ensayos en los que la
variable principal ha sido un valor espirométrico o del FEM. Se ha
admitido como válido que un incremento en varias decenas de mililitros
en FEV o FEM constituyen una prueba inequívoca de la eficacia de un
tratamiento (11 12 13 14). Algo similar sucede con los cuestionarios de
síntomas. La validación matemática de estas herramientas no está
definida y no sabemos con exactitud qué es lo que se considera
clínicamente significativo. Sin embargo, pequeños cambios en estas
variables, empleando grandes tamaños de muestra, adquieran alta
significación estadística con gran facilidad. El indudable valor de
todos los estudios que emplean estos parámetros se basa en la
valoración conjunta de variables clínicas y de función respiratoria. La
medición de CVRS no debe quedar al margen en los diseños de estos
ensayos, pues constituye una variable distinta y complementaria del
resto.
No abundan los estudios en que la variable principal es un cuestionario
de CVRS, aunque últimamente se empieza a encontrar alguno15. Sin
embargo, cada día es más frecuente encontrar estudios que incluyan,
además de las variables tradicionales, evaluación de CVRS como variable
de eficacia terapéutica16, 17, dotando a los trabajos de un enfoque
más global.
.
Cuestionarios genéricos y específicos.
Existen cuestionarios diseñados para evaluar enfermedades en
particular, que se denominan específicos. Por el contrario, los
genéricos consideran el estado general de salud. Ambos se han empleado
en el asma, enumerándose en la tabla 1 los más representativos, entre
los que existen publicaciones indexadas en la literatura.
Los cuestionarios genéricos se hallan ampliamente validados y tienen la
ventaja de que permiten comparar el impacto que tienen enfermedades
diferentes en la calidad de vida. No obstante, no se centran en
aspectos específicos de la enfermedad, por lo que parecen ser menos sensibles18. Por el contrario, los cuestionarios específicos hacen
mención a aspectos característicos del asma que resultan más fáciles de
reconocer para los pacientes, permitiendo que se identifiquen mejor con
las situaciones expuestas en los distintos ítems que componen el
CCVRS.
No obstante, ambos tipos de herramientas tienen su utilidad y no es
infrecuente que se empleen de forma simultánea para aprovechar las
virtudes de las dos.
Comorbilidad y CVRS
El asma extrínseco se asocia casi sistemáticamente a la rinitis
alérgica, como recientemente constata el documento ARIA. La influencia
que tienen en la CVRS ambos aspectos es tema de discusión. Empleando un
cuestionario genérico (SF36) se ha podido comprobar que los pacientes
con rinitis alérgica moderada experimentan el mismo deterioro que los
pacientes con asma leve en los dominios de la esfera psicológica y
social. Este deterioro es ligeramente superior en los dominios de
síntomas de los pacientes con asma. Los autores plantean la necesidad
de construir cuestionarios que permitan diferenciar lo que corresponde
a uno y otro proceso.19
Respondiendo en parte a esta necesidad se ha diseñado un cuestionario
conjunto que evalúa simultáneamente rinitis y asma, llamado RHINASTHMA.
Desarrollado en un país mediterráneo, muestra buenas propiedades
psicométricas y es capaz de discriminar a los pacientes que tienen sólo
rinitis, de los que tienen rinitis y asma20. Por otro lado, ofrece una
buena correlación con SF36 y si su uso se difunde a nivel internacional
y sus propiedades se validan en otros países, puede constituir una
herramienta muy útil y obviamente, más cercana a la realidad de la
asistencia diaria.
Características de los CCVRS específicos para el asma:
Sin duda, el cuestinario de mayor difusión y aceptación para
evaluar la calidad de vida en el asma es el diseñado por Juniper y
llamado AQLQ-M (McMaster), o simplemente AQLQ de Juniper21. Posee un
equilibrado reparto del peso de los distintos dominios tanto del área
física como psicológica, lo que le otorga una aceptable correlación con
otros parámetros, clínicos y funcionales respiratorios para la
evaluación del asma. Tiene la peculiaridad de que una puntuación más
reducida implica mayor deterioro en la calidad de vida, al revés de lo
que sucede con otros cuestionarios específicos para el asma. Por otro
lado, ha sido sólidamente validado y probado en castellano. Otro
atractivo más es tener establecida la frontera entre las modificaciones
clínicamente significativas, en contra de las puramente estadísticas.
Ha sido no obstante, menos utilizado en estudios tranversales y acumula
su mayor experiencia en estudios longitudinales, detectando cambios en
el tiempo como consecuencia de determinadas actitudes
terapéuticas.
Su principal inconveniente radica en la necesidad de satisfacer
derechos de autor para su utilización, lo que contribuye a encarecer
los trabajos en los que se use. También en su contra está el tiempo de
cumplimentación, que tiene una media de 13 minutos (el AQLQ de Marks
tiene una media de 8 minutos). Para paliar éste problema, la misma
autora -Juniper- ha desarrollado una versión reducida del mismo, con
sólo 12 cuestiones22, que se cumplimenta en 7 minutos (datos estudio
Alergair, no publicados).
Amplia utilización tiene también el cuestionario diseñado por autores
australianos (Marks et al) en la Universidad de Sydney y llamado
AQLQ-S, o simplemente AQLQ de Marks23. Comparte con su homónimo
descrito anteriormente una distribución equilibrada de dominios y
correlación aceptable con parámetros clínico-funcionales del asma,
poseyendo además una sólida validación en castellano. La
cumplimentación es muy ágil, siendo uno de los cuestionarios específcos
para asma que menos tiempo precisa para ello. Además, su utilización es
gratuita. Su principal inconveniente es que adolece de cierta falta de
sensibilidad en asma leve. Se ha utilizado en estudios transversales y
ensayos clínicos para evaluar respuesta a tratamiento.
Cuestionarios genéricos como SF-36 (igualmente su formato reducido
SF12), también han sido empleados en la evaluación de los pacientes
asmáticos. Tiene la ventaja de su buena correlación con la clínica, su
excelente validación en castellano y la posibilidad de evaluar
problemas globales de salud.
Buscando la máxima agilidad en la práctica clínica diaria, sin
renunciar a información relacionada con calidad de vida se han
desarrollado herramientas muy simples y rápidas. La más funcional es el
cuestionario de control del asma, de Juniper24. Consiste en siete
cuestiones a cerca de la interrupción de actividad y sueño, síntomas,
consumo de beta-2 adrenérgicos, que se gradúan con 7 respuestas y se
complementan con el valor numérico de FEV1. Ofrece muy buenas
características psicométricas y permite la opción de construir gráficas
en el tiempo, ofreciendo la posibilidad de realizar análisis visuales
del control evolutivo del asma. Tiene, además, una buena correlación
con las puntuaciones de AQLQ24.
Conclusiones
Finalmente, podemos decir que la evaluación de CVRS en el asma
constituye una herramienta objetiva para valorar el impacto global de
la enfermedad. Estas mediciones, por el contrario, no dan información
sobre el grado de inflamación bronquial o la función respiratoria del
paciente. Sin embargo, ofrecen aceptable correlación con el nivel de
gravedad del asma.
En nuestro país está validados SGRQ25 (Cuestionario Respiratorio de St.
George, fundamentalmente utilizado para estudio de EPOC), AQLQ-Marks,
AQLQ y mini-AQLQ y todos ellos ofrecen muy buenos parámetros
psicométricos. La mejor sensibilidad al cambio parece corresponder a
AQLQ y su versión reducida, siendo esta última la más sencilla de
cumplimentar. Por otro lado, estudios que incluyan pacientes más graves
o evaluaciones transversales pueden encajar mejor con AQLQ-Marks
La importancia que están adquiriendo en la investigación clínica es
innegable, hasta el punto de que, actualmente, la ausencia de CCVRS en
el diseño de un ensayo clínico para intervención terapéutica es
inexcusable. Por otro lado, parece necesario incrementar la experiencia
con cuestionarios específicos en tratamientos como IT y control
ambiental. Sin embargo, en la practica clínica diaria, herramientas
como el "Athsma Control Questionnaire", pueden resultar más útiles.
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