Tercera ponencia: 

"Mejoras en la precisión del diagnóstico alergológico"

 

Moderador: Dra. Mª Mar Garcés. Hospital Clínico Universitario. Zaragoza.


 

Clasificación de la rinitis según ARIA: luces y sombras

 

Antonio Luis Valero Santiago, Joan Bartra Tómas, Rosa Muñoz Cano.
Servicio de Neumología y Alergia Respiratoria.
Hospital Clínic Universitari de Barcelona.


Introducción
La rinitis es una enfermedad muy prevalente, se ha estimado que entre sujetos normales sin síndromes riníticos, hasta un 40% padece en algún momento de su vida síntomas nasales compatibles con rinitis.

La rinitis alérgica (RA), a su vez, es la causa más frecuente de rinitis (70-80%); aunque puede variar en dependencia de la zona geográfica, en términos generales se puede considerar una prevalencia entre el 10-25% de la población. Se ha considerado que 1 de cada 5 niños y adultos padecen rinitis alérgica persistente o intermitente (anteriormente denominadas rinitis perenne y estacional).

La RA por su gran prevalencia ha adquirido una importante relevancia en los últimos años, tanto por su afectación sobre la calidad de vida de los pacientes, como por su impacto en la productividad laboral y escolar, la carga socioeconómica que representa, y la coexistencia con otras manifestaciones clínicas como el asma, la conjuntivitis, la otitis, la sinusitis y la poliposis.(1-3).

Clasificación de la rinitis alérgica
La RA ha sido tradicionalmente clasificada como perenne y estacional en dependencia del alergeno responsable de los síntomas (4, 5). Esta clasificación no era clínicamente satisfactoria por diferentes motivos: a) es cada vez más frecuente que los pacientes estén polisensibilizados; b) los pólenes y los hongos pueden dar sintomatología perenne y los ácaros pueden desencadenar síntomas estacionales en algunos pacientes (6, 7).

El documento ARIA (Allergic Rhinitis and its Impact on Asthma) clasifica la RA según su duración en intermitente y persistente. Introduce también una clasificación de gravedad según la presencia o no de alguno de estos cuatro ítems (síntomas molestos, afectación de actividades cotidianas, laborales y escolares, afectación del sueño). Define una rinitis como leve cuando no hay afectación de estos ítems, y moderada-grave cuando esta afectado al menos uno de ellos. Esta clasificación de gravedad esta basada por primera vez en criterios de calidad de vida (3).

Tanto la clasificación de duración como de gravedad se basaron en criterios empíricos que precisaban ser validados. En los últimos años, la clasificación de la duración de la RA ha sido validada en diferentes estudios nacionales e internacionales (8-12). Incluso se ha propuesto el uso de una escala visual analógica para poder clasificar la RA en leve y moderada-grave (13)

Tradicionalmente la clasificación de las enfermedades según su gravedad se ha utilizado para estratificar los pacientes de una forma definida y poder clasificarlos desde el punto de vista clínico, epidemiológico, y diagnóstico y realizar un mejor manejo terapéutico. Ejemplo de ello es el asma cuya clasificación del Global Inititive for Asthma (GINA) (14) diferencia la gravedad entre leve, moderada y grave según criterios clínicos y de funcionalismo pulmonar. Esta clasificación se utiliza para definir y realizar el seguimiento de la estrategia terapéutica tanto en la práctica clínica diaria como en ensayos clínicos, así como en estudios epidemiológicos.

Algunos estudios han analizado la prevalencia de la rinitis leve y moderada-grave en distintas muestras poblacionales. Encuentran que el 69% de los pacientes con rinitis que acuden a una consulta de ORL o alergología y el 90% de los que acuden a consulta en atención primaria están clasificados como moderados-graves (6, 10-12). Este alto porcentaje de pacientes clasificados como moderados-graves podría indicar una gran variabilidad en términos de gravedad de la enfermedad. Diferenciar este grupo de pacientes con RA moderada-grave sería útil para disponer de una muestra de pacientes más homogénea y más adecuada para desarrollar estudios epidemiológicos, estudios clínicos y estrategias terapéuticas (3, 6, 15-17).

En publicaciones recientes, ante la necesidad de poder diferenciar entre rinitis moderada y grave, se establecen nuevos criterios para poder clasificar la rinitis en leve, moderada y grave (6, 18, 19). Esta diferenciación permitiría definir estrategias terapéuticas y realizar su seguimiento tanto en la práctica clínica diaria como en ensayos clínicos.

Bousquet et al (6), consideran que el término de rinitis moderada-grave se debería reemplazar por el de grave, quedando establecida la clasificación de intensidad en leve y grave. Van Hoecke et al (18), basándose en la desproporción porcentual que se produce en la clasificación de la gravedad de la AR por la alta frecuencia de pacientes clasificados como moderados-graves (89,3%), plantean un nuevo modelo empírico para clasificar la rinitis moderada-grave, eliminando el item de “síntomas molestos” y combinando en un solo item la afectación de actividades cotidianas, laborales y escolares. En este modelo la gravedad de la RA se clasifica en tres grupos, leve, moderada y severa, siendo leve cuando no se afecta ningún item, moderada cuando se afecta el nuevo item o la afectación del sueño, y grave cuando se afectan estos dos items. La aplicación de estos criterios en una muestra de 804 sujetos con RA resultan 20,5% leves, 45,9% moderados, y 33,6% con grave. Encontrando diferencias significativas entre estos tres grupos en la mayoría de las puntuaciones de síntomas.

Recientemente se han publicado unos nuevos criterios para clasificar la RA (19). En este estudio se demuestra la gran heterogeneidad en la puntuación de síntomas y afectación de la calidad de vida en los sujetos con AR clasificados como moderada-grave; que todos los “items” utilizados para diferenciar entre RA leve y moderada-grave tienen un peso específico similar lo que hace posible establecer la diferencia entre moderada y grave atendiendo al número de items afectados; que hay diferencias estadísticamente significativas y una mayor magnitud del efecto en la intensidad de los síntomas y la afectación de la calidad de vida al clasificar los sujetos con RA como moderados cuando tienen afectación de 1, 2 o 3 items y graves cuando tienen los 4 items

Estos dos últimos estudios son muy similares tanto en sus fundamentos como en su propuesta de clasificación, compartiendo la necesidad en ambos de poder diferenciar la RA que actualmente se clasifica como moderada-grave. En nuestra propuesta de clasificación no se deberían modificar los “items” propuestos y actualmente utilizados del documento ARIA, hecho que consideramos importante dada la gran difusión actual de este documento.

A pesar de la alta frecuencia de afectación del ítem “síntomas molestos” (95%), que sería el ítem menos discriminativo entre ellos, que tiene el mismo peso que los demás, consideramos que sería útil en la diferenciación de los sujetos con rinitis leve.

La clasificación ARIA de la rinitis nos ha aportado datos sobre la duración de los síntomas, y ha introducido aspectos de calidad de vida en la evaluación de la gravedad de la rinitis; no obstante ante la clasificación de la rinitis alérgica propugnada por el documento ARIA nos podemos plantear diferentes aspectos:

a) ¿realmente es necesaria la diferenciación de los sujetos clasificados como moderados-graves?;

b) dado que la clasificación se debe realizar en sujetos sin tratamiento, ¿como debemos clasificar la rinitis en los sujetos que están en tratamiento?;

c) la clasificación de estacional y perenne puede ser sustituida por la nueva clasificación de intermitente y persistente, o ¿podrían ser clasificaciones complementarias?;

d) el grupo clasificado como persistente representa a un grupo de sujetos muy heterogéneo que podían ser subclasificados en base a su diferente duración de los síntomas.

Bibliografía

1. Bauchau V, Durham SR. Prevalence and rate of diagnosis of allergic rhinitis in Europe. Eur Respir J 2004 ; 24.758-64.

2. Bousquet J, Demarteau N, Mullol J, van den Akker-van Marle ME, Van Ganse E, Bachert C. Costs associated with persistent allergic rhinitis are reduced by levocetirizine. Allergy 2005; 60:788-94.

3. Bousquet J, van Cauwenberge P, Khaltaev N. ARIA Workshop Group, World Health Organization. Allergic rhinitis and its impact on asthma. J Allergy Clin Immunol 2001; 108: S147-334.

4. Dykewicz MS, Fineman S. Executive summary of Joint Task Force Practice Parameters on Diagnosis and Management of Rhinitis. Ann Allergy Asthma Immunol 1998; 81 (5): 463-8.

5. Van Cauwenberge P, Bachert C, Passalacqua G, Bousquet J, Canonica GW, Durham SR, Fokkens WJ, Howarth PH, Lund V, Malling H-J, Mygind N, Passali D, Scadding GK, Wang D-Y. Consensus statement on the treatment of allergic rhinitis. Allergy 2000; 55: 116-134.

6. Bousquet J, Neukirch F, Bousquet PJ, Gehano P, Klossek JM, Le Gal M, Allaf B. Severity and impairment of allergic rhiitis in patients consulting in primary care. J Allergy Clin Immunol 2006;117: 158-62.

7. Ciprandi G, Cirillo I, Vizzaccaro A, Tosca M, Passalacqua G, Pallestrini E, Canonical GW. Seasonal and perennial allergic rhinitis: is this classification adherent to real life?. Allergy 2005; 60:882-7.

8. Demoly P, Allaert FA, Lecasble M, Bousquet J. Validation of the classification of ARIA (allergic rhinitis and its impact on asthma). Allergy 2003; 58:672-5.

9. Bauchau V, Durham SR. Epidemiological characterization of the intermittent and persistent types of allergic rhinitis. Allergy 2005; 60:350-3.

10. Bousquet J, Annesi-maesano I, Carat F, Rugina M, Pribil C, El Hasnaoui A, Chanal I. Characteristics of intermittent and persistent allergic rhinitis: DREAMS study group. Clin Exp Allergy. 2005; 35:728-32.

11. Bachert C, van Cauwenberge P, Olbrecht J, van Schoor J. Prevalence, classification and perception of allergic and nonallergic rhinitis in Belgium. Allergy 2006; 61:693-8.

12. Pereira C, Valero A, Loureiro C, Davila I, Martinez-Cocera, Murio C, Rico P, Palomino R. Iberian study of aeroalergens sensitization in allergic rhinitis. Allerg Immunol (Paris) 2006; 38: 186-194.

13. Bousque PJ, Combescure C, Neukirch F, Klossek JM, Mechin H, Daures JP, Bousquet J. Visual analog scales can asses the severity of rhinitis graded according to ARIA guidelines. Allergy 2007; 62: 367-372.

14. Workshop Report, Global Strategy for Asthma Management and Prevention (GINA). Initiative World Health Organization, WHO. Updated October 2005. http://www.ginasthma.com/

15. Van Hoecke H, Vastesaeger N, Dewulf L, De Bacquer D, van Cauwenberge P. Is the allergic rhinitis and its impact on asthma classification useful in daily primare care practice?. J Allergy Clin Immunol 2006; 118: 758-9.

16. Bousquet J, van Cauwenberge P, Ait khaled N, Bachert C, Baena-Cagnani CE, Bouchard J, et al. Pharmacologic and anti-IgE treatment of allergic rhinitis ARIA update (in colaboration with GA2LEN). Allergy 2006; 61: 1086-96.

17. Prenner BM, Schenkel E. Allergic rhinitis: treatment based on patients profiles. Am J Med 2006; 119: 230-7.

18. Van Hoecke H, Vastesaeger N, Dewulf L, Sys L, van Cauwenberge P. Classification and management of allergic rhinitis patients in general practice during pollen season. Allergy 2006; 61: 705-11.

19. Valero A, Ferrer M, Sastre J, Navarro AM, Monclus L, Marti-Guadaño E, Herdman M, Dávila I, del Cuvillo A, Colas C, Baro E, Antepara I, Alonso J, Mullol J. A new criterion by which to discriminate between patients with moderate allergic rhinitis and patients with severe allergic rhinitis based on the Allergic Rhinitis and its Impact on Asthma severity items. J Allergy Clin Immunol 2007; 120: 359-65.


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