Seminario

 


 

Omalizumab: uso compasivo en urticaria y poliposis nasal

 

M. Teresa Sobrevia, Silvia Lara, Eva Alcoceba, Luis Marqués

Hospital Santa María. Lérida.


El omalizumab es un anticuerpo monoclonal humanizado obtenido mediante la tecnología del ADN recombinante, a partir de una línea celular mamífera de ovario de hámster chino. Produce una disminución de las concentraciones de IgE dependiente de la dosis (incluso con la primera dosis) y disminuye el número de receptores de alta afinidad en los basófilos.

Es capaz de unirse a la IgE circulante, pero no a la IgA ni a la IgG, y tampoco se une a la IgE fijada a las células. Tiene una vida media de una a cuatro semanas. Los inmunocomplejos omalizumab-IgE son pequeños (< 106 kDa), no precipitantes, no se fijan a receptores de IgE (con lo que no tienen actividad biológica), no fijan el complemento, no se acumulan en los glomérulos renales ni tienen mayor riesgo de causar enfermedades inmunopatológicas1.

En la actualidad el tratamiento con omalizumab está indicado para mejorar el control del asma en pacientes mayores de 6 años con asma alérgica grave persistente con disminución de la función pulmonar además de síntomas y exacerbaciones frecuentes a pesar de la administración de tratamiento adecuado.

Últimamente hemos podido encontrar publicaciones en revistas y ponencias en congresos2-12, con la descripción de casos clínicos o series de casos en los que se administra el anticuerpo monoclonal a pacientes con urticaria crónica rebelde a tratamiento con sorprendente eficacia en la mayoría de ellos.

Aproximadamente, el 45% de los pacientes con urticaria crónica presentan autoanticuerpos IgG contra la subunidad alfa del receptor de alta afinidad de IgE, que se encuentra en mastocitos y basófilos. El tratamiento con omalizumab podría disminuir la expresión del receptor de alta afinidad mejorando los signos y síntomas de estos pacientes2. Spector y Tan3 describen tres pacientes con urticaria crónica y elevación de IgE total, anticuerpos contra receptor de alta afinidad de IgE o ambos, que tras el inicio de tratamiento con omalizumab consiguen estar libres de síntomas y lesiones cutáneas en tan sólo 1 y 6 semanas tras el inicio de la administración. Kaplan et al2 también describen un estudio con 12 pacientes diagnosticados de urticaria crónica autoinmune que tras tratamiento con el anticuerpo monoclonal, 7 de los 12 permanecieron asintomáticos, 4 presentaron mejoría clínica y 1 paciente no respondió al tratamiento.

La dosis necesaria de omalizumab en estos pacientes ha sido tema de debate en esta reunión ya que probablemente las dosis fijadas para el tratamiento del asma alérgica no son eficaces en todos los pacientes con urticaria crónica y se podrían administrar dosis más elevadas y quincenales para poder disminuir la expresión del receptor de alta afinidad de IgE y de esta forma conseguir mayor eficacia del tratamiento.

Otra de las indicaciones de omalizumab que últimamente se pueden encontrar en la literatura es la poliposis nasal13-19.

En algunos de los casos, como en el de Guglielmo et al13, se prescribió el tratamiento con omalizumab en pacientes con asma grave que además presentaban poliposis nasal y de forma sorprendente, se observó una gran mejoría clínica de la poliposis nasal, incluso llegando a recuperar el olfato.

Se ha demostrado que la poliposis nasal no es más frecuente en pacientes atópicos que en población general, por lo que la exposición a aeroalergenos no sería un factor importante a tener en cuenta. Sin embargo, se ha observado una elevación en las cifras de IgE en los pólipos de estos pacientes, que se han relacionado con enterotoxinas de Staphylococcus aureus. La presencia de esta IgE monoclonal frente a enterotoxinas de S.aureus podría justificar la eficacia del tratamiento con omalizumab14.

Por el momento los resultados parecen esperanzadores en muchos pacientes con estas dos enfermedades crónicas que afectan gravemente a la calidad de vida, pero debemos tener en cuenta que la prescripción de este medicamento en estas enfermedades está fuera de ficha técnica en el momento actual, por lo que sólo se podrían administrar como “medicamentos de uso compasivo”. Este término ha cambiado recientemente (Real Decreto 1015/2009), pasando a denominarse “medicamentos en situaciones especiales” y será la dirección del centro sanitario la que deberá aprobar su utilización en estos casos (www.aemps.es).

 

BIBLIOGRAFIA

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