Segunda ponencia "Dr. Eloy Losada": 

"Anafilaxia"

 

Moderador: Dr. Apolinar Lezaun Hospital Clínico Universitario de Zaragoza.


 

Anafilaxia en la Edad Escolar

 

Dra. Belén de la Hoz

Hospital Ramón y Cajal. Madrid.


En niños se estima que ocurre un episodio de anafilaxia por cada 10 000 niños y año, de esos episodios el 82% ocurre en niños en la edad escolar (1). De acuerdo a estudios en Reino Unido, el 61% de los colegios hasta secundaria tienen al menos un niño en riesgo de presentar una anafilaxia, bien porque tengan una historia previa anafilaxia, o bien porque lleven adrenalina (1). Entre un 10% a 18% de las reacciones alérgicas a alimentos o de episodios de anafilaxia ocurren en la escuela (2, 3). Tanto en niños como en adultos los episodios de anafilaxia en las urgencias de Reino Unido han aumentado en siete veces respecto a la pasada década (4, 5).
La causa de anafilaxia más frecuente en la edad escolar son los alimentos (6,7), otras causas identificadas de anafilaxia en este grupo de edad son los fármacos, la alergia a veneno de himenópteros y el ejercicio (8, 9). Los alimentos son la causa mas frecuente de anafilaxia en niños atendidos en consultas de alergia (6).
En el estudio Alergológica 2005, se objetivó un aumento de las consultas de alergia a alimentos respecto a la edición previa Alergologica 1992 y en particular en la población infantil. Además, la distribución de la alergia a los alimentos a lo largo de la vida es diferente con máximos picos de frecuencia, por debajo de los cuatro años, a la leche y huevo y por encima de los siete años, a los alimentos vegetales (10).
Las reacciones de anafilaxia fatales inducidas por alimentos pueden verse en cualquier grupo de edad, pero los pacientes de mayor riesgo son los adolescentes y los adultos jóvenes particularmente en las reacciones con frutos secos (11). Un artículo reciente encuentra dos veces mas riesgo de anafilaxia entre los adolescentes entre 14 y 17 años comparado con los niños entre 0 a 2 años (12). La causa de este incremento no está clara, pero puede ser debida a actitudes psicológicas y sociales de los adolescentes, que llevan a una disminución de la supervisión de los adultos y un aumento de los comportamientos de riesgo, que unido a la curiosidad, les lleva a por probar nuevos alimentos (13). Tabla 1.
El manejo de la Anafilaxia se basa en un adecuado diagnóstico alergológico, que permita la identificación del agente causal y su evitación a largo plazo de la evitación del agente causal (14). La primera línea de tratamiento es la adrenalina autoinyectable, por lo que el paciente con anafilaxia debe llevarla con él de manera continuada (15,16,17). En la época escolar el manejo de la anafilaxia afecta al colegio y su entorno, para lo cual se deben tener protocolos de actuación en la escuela y que sean conocidos por todos los alumnos, profesores y cuidadores (18,19).
Se han desarrollado múltiples iniciativas para protocolizar y mejorar el manejo de la anafilaxia a largo plazo. Sin embargo, en una reciente revisión sistemática para la identificación de fallos en el manejo de la anafilaxia tanto a nivel de los médicos, como de los pacientes y de la comunidad, se identificaron más de doscientos fallos o problemas que los autores clasificaron en dos temas: fallos en el conocimiento de la anafilaxia y su manejo por parte de los médicos y pacientes y fallos en el seguimiento por parte de los médicos. Este mismo estudio analiza el impacto sobre la calidad de vida de los pacientes y familiares que causa la anafilaxia (20).
En las guías actuales de la WAO se señala a los adolescentes como vulnerables a las recidivas de anafilaxia en la comunidad, debido a conductas de riesgo resumidas como insuficiente evitación de los desencadenantes y no utilizar la adrenalina autoinyectable (WAO 15) Tabla 2 (21). Por otra parte se evidencian diferencias entre ellos en cuanto a llevar o no adrenalina dependiendo de las circunstancias y lugares donde van (22). Fig. 1.
Las manifestaciones clínicas más frecuentes de la anafilaxia comprenden clínica cutánea, respiratoria, gastrointestinal y cardiovascular. Uno de los problemas que se identifican en el manejo de la anafilaxia por parte de los adolescentes está en relación con la dificultad para reconocer los síntomas y la ausencia de percepción de la gravedad de la clínica (22). En una encuesta en pacientes entre 13 y 21 años sobre la reacción anafiláctica más reciente que habían experimentado, sólo un 36% refería haber experimentado una reacción, pero el doble de pacientes referían síntomas compatibles con anafilaxia en esas reacciones que habían pasado desapercibidas para los pacientes, y por lo tanto, no se habían administrado adrenalina. Los pacientes son educados para administrarse la adrenalina ante una anafilaxia, pero existe una desconexión entre los síntomas específicos y los que interpretan los pacientes. Esta situación hace necesaria una mejora en la educación en esta población, que debe llevar adrenalina autoinyectable (22). Los pacientes y familiares deben ser informados desde el primer momento (Tabla 3) y se recomienda una educación continua para los pacientes con riesgo de recurrencias de anafilaxia en la comunidad, con un seguimiento regular y periódico. Los pacientes (sus familias y cuidadores) deben ser capaces de reconocer los signos y síntomas de una recurrencia (23).

 

Anafilaxia y la escuela
La alergia afecta a uno de cada tres niños en Europa, esta situación hace que la mayoría de los colegios en los países occidentales tenga al menos un niño alérgico, y más de la mitad de los colegios al menos un niño con riesgo de anafilaxia (tener una historia clínica de anafilaxia, llevar o haber utilizado adrenalina) (25), incluso un cuarto de los pacientes con anafilaxia, han tenido su primer episodio en la escuela (26,27).
Estos datos suponen la necesaria implicación de todas las personas de los colegios en los planes de evitación por lo que la escuela es un lugar estratégico para evitar las recurrencias de episodios de anafilaxia, en particular frente a los alimentos. Los alergenos alimentarios pueden estar presentes en casi todas las localizaciones, en clase, experimentos de ciencias, recreos, comidas y celebraciones, por lo tanto todos los centros educativos deberían estar preparados y con formación adecuada de profesores y personal del centro para reconocer un episodio de anafilaxia y llevar a cabo el tratamiento de urgencia (25).
Los pacientes con anafilaxia deben tener un plan de acción, por escrito, y revisarlo con regularidad y en el caso de los niños y adolescentes deberá incluir un plan específico para escuelas y universidades en el que se incluya protocolos de manejo en estos sitios. Sin embargo, en un reciente metanálisis, en siete estudios revisados, en todos se identificaban déficit en los planes de acción de los colegios para alumnos en riesgo de anafilaxia. Los errores más frecuentes, no contar con autoinyector de adrenalina, falta del contacto con emergencias y ausencia de información sanitaria del niño (20).
En los últimos años se han llevado a cabo múltiple iniciativas para el desarrollo de planes de acción para el cuidado de los niños en las escuelas, como los desarrollados por la “Food Allergy and Anaphylaxis Network “, la “Australasian Society of Clinical Immunology and Allergy “(ASCIA) y la Academia Europea de Alergia e Inmunología clínica (EAACI), en todos los casos con guías y documentos de ayuda (24,28,29). En España esta publicada una “Guía informativa sobre alergias a alimentos y/o al látex en los centros educativos” que puede obtenerse a través de la página web del Ministerio de Educación, Centro Nacional de Innovación e Investigación educativa.
http://www.mecd.gob.es/cniie/proyectos/Salud.HTML. Además, se cuenta con un plan de acción muy sencillo para identificar en los alumnos alérgicos la presencia de signos y síntomas relacionados con las reacciones alérgicas y su tratamiento, disponibles en las páginas web de las Sociedades Españolas de Alergia e Inmunología Clínica (SEAIC) y de Inmunología Clínica Pediátrica (SEICAP) y de la Asociación Española de Padres y Niños Alérgicos a Alimentos y Látex (AEPNAA).

 

Bibliografía.

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